El Real Madrid se ejecutó en el Camp Nou (5-1). El clásico no pintaba bien para el conjunto blanco y éste lo evidenció desde el primer minuto. Más allá de la poca autoridad que Julen Lopetegui ha mostrado en el vestuario, los jugadores madridistas volvieron a exibir su cara más apática ante el máximo rival. El Barça fue un rodillo que tras pocos minutos de tanteo pasó a dominar por completo el encuentro dejando en evidencia la crisis de juego y de identidad que vive el Real Madrid.
Lo visto en el feudo azulgrana dio fe de que Lopetegui tiene las horas contadas en el banquillo madridista y que sus jugadores, por la actitud mostrada sobre el césped, lo celebran. Al Barça le bastaron 11 minutos para abrir el marcador en una jugada en la que se pudo ver un conjunto blanco totalmente descolocado y que ofrecía todo tipo de facilidades, algo que duró hasta el final del encuentro.
Adiós a Lopetegui
El técnico vasco había aguantado suficiente. Cada partido disputado hasta la fecha se presentaba como una prueba de fuego y, pese a no superarla, seguía manteniendo el puesto. Que se mantuviera hasta el clásico se presuponía innecesario, pues vista la dinámica que arrastraba el equipo debería haber jugado como los ángeles para que Lopetegui gozara de una nueva oportunidad.
Lopetegui, moralmente abatido / EFE
Las cámaras de televisión fueron muy rápidas tras el primer gol de Coutinho y tras mostrar la felicidad de los jugadores azulgrana enfocaron rápidamente al palco. Allí, se pudo ver como Florentino Pérez toqueteaba su teléfono en busca de algún contacto. Antes del clásico, varios medios informaron de que el presidente blanco ya había cerrado al remplazo de Lopetegui en el banquillo, el italiano Antonio Conte. La duda de la destitución es cuando se producirá, si esta misma noche o mañana.
Falsa reacción
El primer tiempo en el Camp Nou se tiñó por completo de azulgrana. El Barça acumuló el 70% de la posesión y su medular se mostró intratable. Rakitic fue el jugador que más tocó el balón con un cien por cien de efectividad. Junto a Busquets y Arthur recuperaron unos 20 balones.
Ello contrasta con la zona de creación del Real Madrid. Tanto Luka Modric como Toni Kroos estuvieron perdidos y no jugaron a nada, algo que no es de extrañar cuando se les ha colocado como los más contrarios a los métodos de Lopetegui. El amor propio hizo que los jugadores del conjunto blanco mostraran una mejor cara en el inicio del segundo tiempo, aunque no duró demasiado.
Los jugadores del Real Madrid se lamentan / EFE
Justo en esos minutos el Real Madrid pudo recortar distancias en el marcador gracias a un gol de Marcelo en el minuto 50. Un dato significativo es que el lateral brasileño ha firmado tres de los últimos cuatro goles del conjunto madridista, dejando la efectividad y presencia en el once de hombres como Benzema o Bale en entredicho.
Sin garra
El Real Madrid ha perdido la verticalidad y el generar peligro saliendo al contraataque. Lopetegui ha querido implantar un juego horizontal para dominar la posesión en el que ha fracasado. Obviamente el conjunto blanco tocó el balón en el Camp Nou e incluso hubo tramos en los que parecía querer jugarlo, sin embargo, no fue capaz de sorprender a un Barça que supo aprovechar todas las debilidades que le ofrecía el rival.
Una foto de archivo de Gareth Bale / EFE
El 2-1 era un resultado traicionero para los azulgrana, pero se encargaron de solucionarlo en el minuto 74. Los de Valverde armaron un contraataque que volvió a dejar retratada tanto a la zaga del Real Madrid como a la capacidad de repliegue del equipo. Los jugadores azulgrana avanzaron sin dificultades hasta que Sergi Roberto pudo centrar desde la frontal para que Luis Suárez rematara de cabeza y marcara su segundo gol, tras haber anotado de penalti en el 29'. La pobre actuación de Courtois también contrastó con la de un Ter Stegen que, pese a no tener demasiado trabajo, solventó de forma acertada cualquier acercamiento rival.
El Real Madrid recibió la puntilla con dos goles más, Luis Suárez en el 82' y Arturo Vidal en el 86', una manita de esas que duelen en la capital. El Barça consiguió los tres puntos jugando muy bien al fútbol, pero contó con la colaboración de un conjunto blanco en el que ni uno de sus integrantes se salva de la quema, aunque al único que despida Florentino Pérez sea a Julen Lopetegui, curiosamente el entrenador que él mismo contrató y que definió sin tapujos como el mejor sucesor para Zinedine Zidane.