El Real Madrid mandaba en el marcador en el partido contra el Viktoria Plzen (2-1). Con la segunda mitad en juego Julen Lopetegui decidió ejecutar el primer cambio del equipo y el escogido para abandonar el terreno de juego fue Isco. El futbolista malagueño parecía no creérselo, su cara y sus gestos mientras se dirigía al banquillo daban fe de su descontento. Sobra decir que no saludo a su entrenador.
Un día antes del encuentro que suponía la tercera jornada de la fase de grupos de la Champions League, Isco Alarcón fue el encargado de comparecer ante los medios. El centrocampista justo se preparaba para disputar su segundo partido tras pasar casi un mes de baja a causa de una apendicitis. Sin estar presente en las derrotas que el Real Madrid cosechó en los últimos partidos (sí contra el Levante el pasado sábado), no dudo en defender a su actual técnico delante de los micrófonos.
Sin confianza
“Si echan al técnico nos tendrían que echar a todos”, comentó el futbolista andaluz un día antes del choque. Con esta afirmación él mismo reconocía que los jugadores no estaban haciendo las cosas bien y que no sólo era culpa del entrenador. Al hacer públicas estas palabras tan contundentes y que mostraban un compromiso encomiable, Isco debió creer que pasaría a ser uno de los hombres importantes para Julen Lopetegui, o por lo menos, en alguien en quien confiar.
Una foto de Isco Alarcón en rueda de prensa / EFE
Isco saltó al terreno de juego como titular, y pese a que el Real Madrid empezó marcando y mandaba en el marcador, su juego ante el Viktoria Plzen, un rival muy menor, dejaba mucho que desear. El Santiago Bernabéu pudo observar de nuevo a un conjunto blanco sin ideas y sin fluidez a la hora de jugar el balón.
Fue en el minuto 54 cuando llegaría la estocada para Isco, que tampoco sobresalió por encima del resto. Lopetegui optaba por sustituir al centrocampista malagueño por Federico Valverde, un jugador que no había disputado ni un sólo minuto en partido oficial con el Real Madrid. Lejos de aceptar la decisión del entrenador al que defendió con uñas y dientes un día antes, Isco se marchó visiblemente enfadado y tapándose la boca se dirigió al técnico vasco, evidenciando el malestar que se respira en el vestuario madridista.
Cortina de humo
Curiosamente el conjunto blanco marcó el segundo gol un minuto después, en el 55'. Ello no evidenció un acierto de Julen Lopetegui a la hora de mover el banquillo e incluso el conjunto checo recortó distancias en el marcador e hizo sufrir a la hinchada congregada en el Santiago Bernabéu.
Una foto de archivo de Julen Lopetegui / EFE
La victoria rompe una racha negativa de cinco encuentros sin ganar, pero incluso desde Madrid se apunta a que esto no refuerza al equipo de cara al partido liguero contra el Barça el próximo domingo. La confianza en el técnico blanco sigue siendo inexistente y tan sólo ha conseguido unos días más de margen.
Los jugadores volvieron a mostrar una imagen descuidada y el planteamiento táctico fue insuficiente para realzar la moral tanto de la afición como de la directiva del Real Madrid. Todo ello con Isco como protagonista, un jugador que dio la cara por el entrenador y que se vio recompensado siendo el primer sustituido del encuentro.