Hay un vacío de poder en Valdebebas. El trono está vacante. Baldío. Pero son muchos quienes reclaman la corona. El Real Madrid vive sumido en una guerra intestina. Una lucha fratricida. La marcha de Cristiano Ronaldo dejó al vestuario huérfano de su líder. El adalid que conducía a los blancos a la victoria ya no está. Ahora los soldados no responden ante nadie. Han surgido nuevos clanes. Pero ninguno logra imponer su ley. Y el fragor de la batalla ensordece Valdebebas.
La dolorosa crisis que padece el Real Madrid hunde sus raíces en la lucha de poder que divide al vestuario. Hay dos clanes enfrentados. Dos grupos que aspiran a someter a su adversario para hacerse con la hegemonía del club blanco.
El clan de Sergio Ramos
Por un lado está el clan de los españoles, con Sergio Ramos al frente. El capitán se siente fuerte. Es en estos momentos quien acumula más poder. Pero su reinado es frágil. Demasiado frágil. Ramos ha encabezado la defensa de Lopetegui junto con el resto de internacionales españoles. Desde el principio el andaluz trató de cimentar su poder de la mano del técnico. Lopetegui vino amparado por los jugadores de la Roja.
Sergio Ramos cuenta con las espadas del resto de españoles. Carvajal, Asensio y Nacho constituyen la guardia pretoriana del central. El núcleo duro. De su parte también están Lucas Vázquez e Isco, aunque estos resultan más indomables. Sobre todo el malagueño. Isco le rinde vasallaje a Ramos, pero tiene sus propias pretensiones. De algún modo se considera su heredero. Y en función de las circunstancias podría tratar de acelerar su ascensión al trono.
Los insumisos
Pero la principal preocupación de Sergio Ramos se centra en el clan de los extranjeros. Estos no tienen a un líder claro. Pero comparten su aversión hacia Lopetegui. Eso los mantiene unidos. Y enfrentados al capitán. Modric, Kroos, Bale, Benzema, Marcelo… no quieren al técnico donostiarra. Todos ellos han tenido sus rencillas con Lopetegui. Sobre todo Modric y Kroos, cuyo rendimiento está muy por debajo del habitual. Da la sensación de que juegan mal adrede.
Una imagen de Modric y Sergio Ramos / EFE
Tras su exhibición en el Mundial y el galardón en el FIFA The Best, Luka Modric se presumía como la gran estrella del Real Madrid. El croata estaba llamado a ejercer de nuevo líder, tal y como hace en su selección. Sin embargo, no ha logrado imponerse en el vestuario, en gran medida por el cierre de filas de los españoles en torno a Sergio Ramos.
Gareth Bale es la otra figura que estaba llamada a suplir el vacío dejado por Cristiano Ronaldo. Contaba con el apoyo de Florentino Pérez, rendido al galés tras la final de la Champions, pero el mandamás blanco le ha retirado su gracia tras el nefasto inicio de temporada de Bale. La actitud del galés tampoco ayuda.
Juego de tronos
La marcha de Cristiano Ronaldo invitaba a pensar que uniría al vestuario del Madrid. El portugués siempre fue criticado por su egoísmo, tanto dentro como fuera del campo, y se pensaba que sin él los blancos jugaría más en equipo. Nada más lejos de la realidad. Cristiano era un luchador nato. El más esforzado y comprometido de todos. Pese a sus individualidades aunaba al grupo. Le daba identidad al equipo. Carácter.
Cristiano Ronaldo junto a su compañero Dybala, en la Juventus de Turín / EFE
El portugués ha dejado un vacío enorme en el Real Madrid. Sergio Ramos trata de hacerse fuerte junto con los camaradas españoles, pero ni Modric, ni Kroos, ni Bale, ni el resto de internacionales están dispuestos a rendirle pleitesía. Los principales clanes del vestuario viven enzarzados en una cruenta lucha de poder. Y el juego de tronos desangra a los blancos.