Los traidores de Lopetegui le salvan el cuello (de momento) contra el Viktoria Plzen
El Real Madrid vuelve a la senda del triunfo cinco partidos después en otro partido mediocre
23 octubre, 2018 22:57El Real Madrid se reconcilió con la victoria después de una lamentable racha de cuatro derrotas y cinco partidos consecutivos sin ganar. Venció al Viktoria Plzen (2-1), pero no convenció. Los silbidos finales atestiguan que el cargo de Julen Lopetegui sigue al rojo vivo.
Los blancos salieron intensos en el tercer partido de la fase de grupos de la Champions, pero las vacas sagradas del equipo cometieron múltiples errores de cadete que alimentan la teoría conspirativa de que algunos le están haciendo la cama.
Tres avisos demoledores
Lucas Vázquez, de lateral derecho, fue un coladero que dejó vía libre a las internadas de los delanteros del rival por su banda. Primer aviso a Keylor Navas.
Los fallos clamorosos de Luka Modric en el centro del campo también propiciaron acciones de peligro para el equipo checo. Segundo aviso.
Como la cantada de un Marcelo indolente, otro coladero pero por la izquierda, que habría supuesto el gol del empate del Plzen al filo del descanso. Tercer aviso.
Benzema, Ramos y Bale, los más intensos
Pero a pesar de las malas sensaciones del conjunto blanco, fue Karim Benzema el único que marcó para adelantar al Real Madrid ('12). Los pupilos de Lopetegui también generaron distintas ocasiones de gol. Sergio Ramos remató de cabeza al palo y mostró su gran enfado pateando el palo (mejor eso que chutar el balón a Reguilón). Gareth Bale también tuvo varias para marcar, pero estuvo torpe.
Karim Benzema celebra con Kroos el primer gol del Real Madrid ante el Viktoria Plzen / EFE
El segundo tiempo empezó igual de mal. Otro despiste defensivo entre Ramos y Marcelo propició la cuarta llegada a bocajarro del cuadro checo. Pero volvieron a fallar. Demasiado predecibles.
El lateral brasileño del Madrid, harto desorientado en sus labores defensivas, compensó sus errores con el segundo gol para la tranquilidad de Lopetegui ('54). Un poco de oxígeno de cara al clásico.
La cara y la cruz de Marcelo
Al fin parecía que el técnico vasco se iba a reconciliar con la victoria. Pero el fatal destino que desde hace tanto tiempo le acompaña se quería divertir un poco más. Y cuando el partido parecía resuelto, los azulgrana acortaron distancias por mediación de Hrosovsky ('77).
Fue un susto que esta vez no sirvió para amargar la noche a Julen. Y lo más sorprendente de todo es que toma algo de oxígeno gracias a las ovejas negras del equipo. Sus verdugos porque, pese a la victoria, sigue más muerto que vivo.
Marcelo, serio, celebra su gol contra el Viktoria Plzen / EFE
Lucas y Benzema, autores de la acción del primer gol, son dos de los gran señalados por Lopetegui. El delantero galo por su desdén, aunque fue el mejor de los blancos contra el Plzen con claridad. Vázquez, por su actitud conflictiva, también mejorada este miércoles.
Tampoco Marcelo es santo de la devoción de Lopetegui, precisamente por lo costosas que son para el equipo sus distracciones. Sin embargo, la relación con el brasileño, que terminó nuevamente lesionado, es algo mejor que con los antes citados.
Lopetegui llegará al clásico
No como con Modric y Kroos, las otras dos manzanas podridas del entrenador en el vestuario. Lidiar con los líderes del centro del campo blanco ha sido el gran dolor de muelas del técnico.
Julen Lopetegui, en el banquillo del Real Madrid contra el Viktoria Plzen / EFE
Ambos siguen muy lejos de su mejor nivel, pero hicieron lo justo para que el Madrid se pudiese llevar la victoria. Eso sí, preocupa la pasividad de un errático Modric y el mal carácter que viene mostrando el alemán, que recriminó amargamente una egoísta acción de Isco.
La tensión se palpó entre los jugadores del Madrid desde el principio del encuentro hasta el pitido final del colegiado. Los blancos pudieron marcar más goles, pero no estuvieron acertados.
El triunfo ante el Plzen alarga la tregua de Lopetegui. Todo apunta a que Florentino lo mantendrá en el banquillo hasta el clásico. Si la visita al Camp Nou acaba mal, su cabeza rodará en el acto.