Primer examen y primer suspenso de Julen Lopetegui en una semana en que se juega el cargo. Misma dinámica que hasta ahora pese a la presión añadida que vivía el técnico y el equipo en su propio estadio. El técnico vasco decidió cambiar su once para dar con la tecla. Cambió la comodidad de Benzema y las dudas de Bale, por las ganas y garra de Mariano, Asensio y Lucas Vázquez. Nuevo tridente de ataque que estuvo a la altura, pero no fue capaz de romper con la sequía goleadora de un Madrid que le puso empeño, pero que está negado.
El equipo tenía 55 minutos para evitar firmar su peor racha goleadora de la historia del club, pero ni con siete ocasiones claras en la primera parte, el Bernabéu abucheando a su propio equipo y a Lopetegui fueron capaces de perforar la portería de Olazábal. El portero se erigió como un gigante y se pudo quitar la espinita del 9 a 1 cuando era guardameta del Granada. Primero rechazó un cabezazo de Sergio Ramos y la más clara, la de Lucas Vázquez que salvó con el pie tras un disparo a bocajarro. En total, 464 minutos sin ver puerta, que más tarde finiquitó Marcelo con su gol. En total 480. Queda evidenciado que la marcha de Cristiano Ronaldo ha dejado huella.
La defensa, un cuadro
El Levante no es el de la temporada pasada y no quiso especular atrás. Con el pitido inicial, los granotas hicieron gala de su estrategia: presión arriba, contundencia en defensa, organización en la medular y un Morales como referencia que fue una pesadilla para Ramos y Varane. El punta madrileño tan solo tardó siete minutos en sacar los colores a Varane. Primero, el central francés no acompañó a la línea defensiva que sacaba Ramos y falló en el cálculo para despejar el balón. Dejó solo a Morales y el delantero se sacó de encima a Courtois con un control orientado para marcar el primero a portería vacía.
Los jugadores del Levante celebran el gol frente al Real Madrid / EFE
Con el Madrid en shock y atosigando la portería defendida por Olazábal, llegó el segundo. Penalti a favor del Madrid por manos de Varane, que definitivamente no tuvo su mejor partido. Roger convirtió la pena máxima en el 13.
El VAR, providencial
Por primera vez en la temporada, el Real Madrid sufrió las consecuencias del VAR. Primero con el penalti en contra, bien señalado por el vídeo asistente que corrigió la decisión del árbitro Cuadra Fernández. El colegiado consideró que la mano fue fuera del área cuando fue dentro y seguidamente, el gol anulado a Asensio tras rematar el poste de Casemiro.
Una foto de Cuadra Fernández consultando el VAR / EFE
También se vio beneficiado de sentenciar la derrota. Toño arrancó por la banda para asistir a Rochina que batió a Courtois, pero el tanto no subió al marcador por fuera de juego previo. Le benefició para quedar vivo con el 0 a 2 y le frustró el empate. Mariano empató en el 87, pero su posición adelantada tras el remate de Benzema puso el grito en el cielo de la capital para dar paso a los lamentos de una afición que empujo, pero no se vio correspondida.
Un equipo roto
El Madrid se volcó en ataque, pero sin fortuna de cara a portería el equipo se partió y dio vida a un Levante que supo sacar sus mejores virtudes. Mientras Morales fijaba a los centrales, el Levante no dudó. Balonazos largos si no había opciones y combinaciones en la medular cuando los blancos se lamentaban en el área de las ocasiones erradas.
Lopetegui quiso cambiar el guión del partido, pero ni los nuevos, ni los habituales le dieron respuesta. Dejaron muy tocado a un técnico que si Florentino hubiera podido no hubiera llegado a la segunda parte. Entró Bale en el 45, pero ni se le vio. En el 60, Ceballos y Benzema sustituyeron a Asensio e Isco, y empezó el asedio al área del Levante. Marcelo y Odriozola como extremos, Mariano y Benzema como puntas y Bale, Modric, Lucas y Ceballos en la frontal metieron el miedo en el cuerpo al Levante, pero no tuvieron el día. Mala cita para ponerse fallón.
Mucho corazón, pero sin acierto
Marcelo maquilló el resultado con el 1 a 2 tras una asistencia de Benzema y dio vida a un Bernabéu que creyó en la remontada hasta el final. El francés, ante todo pronóstico, se puso las pilas y cambió el partido. Se movió, se ofreció y no se escondió. Tuvo el empate en el 75 tras mandar un obús al poste. Un revulsivo en toda regla al que le faltó tiempo. También Mariano buscó el gol, la tuvo en el 87 con un disparo centrado a las manos del guardameta vasco y empató el partido, pero el fuera de juego le privó de ser uno de los héroes de la mañana.
Una derrota que alarga la mala racha del Real Madrid. Cinco partidos sin ganar, una falta de gol evidente, y sin liderazgo en el terreno de juego. Hoy todos remaron en la misma dirección, pero sin rumbo.