Era la gran esperanza del Real Madrid. La estrella emergente llamada a liderar al equipo. A conducir a los blancos por la senda de la victoria. Las ilusiones de la afición estaban puestas en él. De sus botas saldrían los goles que iban a escribir la historia del nuevo Madrid. La leyenda volvería a forjarse en casa. Sin embargo, tras muchos intentos frustrados, en donde no acaba de explotar, Marco Asensio comienza a coquetear con las eternas promesas.
El mallorquín vive ya su cuarta temporada en la élite. Se estrenó en el Espanyol, para sumar minutos y experiencia, para foguearse, y tras solo una campaña el Madrid ya lo llamó a filas. Querían seguir su progresión desde cerca. Sus condiciones eran tan prometedoras que ya permitían pensar en que aportara al equipo. Dos años a las órdenes de Zidane sirvieron para adiestrarlo, poco a poco, al amparo de cracks ya consagrados que cargaban con el peso del equipo.
Esta temporada Marco Asensio estaba llamado a asumir más galones. Sobre todo tras la marcha de Cristiano Ronaldo. El Real Madrid confiaba en que fuera el año de su explosión, de su consagración como jugador. El estilo de juego de Lopetegui también invitaba a pensar que el mallorquín tendría más protagonismo. El escenario era ideal para sus características. El club blanco había decidido apostarlo todo por Asensio. Pero el joven jugador no está respondiendo.
Debacle de la Roja
La dolorosa derrota de España frente a Inglaterra (2-3) ha vuelto a señalar a Marco Asensio. El mallorquín cuajó un partido gris, ausente, sin apenas protagonismo. Los augures le situaban no solo al frente del Real Madrid, sino también de la Roja. Luis Enrique ha manifestado su confianza en él. Pero al madridista le puede la presión.
Asensio se mostró ansioso sobre el césped del Villamarín. Al principio lo intentó por la banda derecha y después se cambió la posición con Aspas para buscar el remate lejano con la zurda. Llegó a disparar hasta en siete ocasiones, aunque solo uno fue entre los tres palos. El madridista estuvo impreciso. También en los centros. De los 16 que intentó solo cuatro encontraron rematador.
Una foto de Asensio durante el partido frente a Inglaterra / EFE
El mallorquín denota una peligrosa falta de determinación. Aunque se muestra voluntarioso en el esfuerzo, cuando las circunstancias no acompañan se viene abajo. No es capaz de revertir la situación, de echarse el equipo a la espalda y romper con la dinámica negativa. Es lo que ocurrió en el Mundial de Rusia. Con un equipo sin rumbo, totalmente descompuesto, Asensio pasó inadvertido, como uno más. No supo ejercer de líder. Y esto mismo le ocurre ahora en el Madrid.
La confirmación que no llega
Esta temporada Asensio ha sido titular en todos los partidos de Liga del Real Madrid, salvo el último, ante el Alavés, cuando salió en la segunda mitad. Pese a los muchos minutos que acumula, tan solo ha convertido un gol. El tanto de la victoria frente al Espanyol en la quinta jornada, que además es el último que ha marcado el Madrid.
El mejor partido del Real Madrid de Lopetegui es el que le enfrentó a la Roma en la Champions. Aquel día Asensio fue suplente en favor de Isco. Es paradigmático. Sea como sea, Marco Asensio no termina de dar el paso al frente que se espera de él. Las críticas a su actitud y su falta de liderazgo en los momentos decisivos van en aumento. Y el jugador corre el riesgo de acabar estrellado.