Se preveía un partido difícil por la temperatura y el desplazamiento, pero no un encuentro sin garra, sin identidad y sin goles. El Real Madrid sigue sumergido en sus crisis futbolística que recae, fundamentalmente, en la perdida de su identidad. Fue la primera derrota del conjunto de Julen Lopetegui en la Champions League, la competición predilecta del madridismo, pero ni así supieron hacer daño a un conjunto que aprovechó el regalo de Toni Kross en el minuto dos de partido y que se mantuvo fiel al planteamiento que propuso Víktor Goncharenko.
Los rusos saben a lo que juegan y lo demostraron durante 97 minutos. Firmes en defensa, replegados, pero con talento para sacar el baló jugado y combinar arriba para poner en problemas a una defensa que echó de menos el alma y el impetu de Sergio Ramos. El mal momento del equipo solo existe desde hace una semana, pero el madridismo lo siente como si llevaran meses en el dique seco.
Tras una gran actuación frente a la Roma, los blancos volvieron a ser el equipo insípido y sin ideas que ha perdonado los errores del Barça en el campeonato doméstico y que quieran asumirlo o no, echa de menos los goles de Cristiano. Nadie se responsabilizó del equipo. El Madrid quiere jugar y tocar y ese no es su estilo. Sin verticalidad, ni puntería de cara a puerta, un error bien aprovechado fue suficiente para los rusos.
Lopetegui, cuestionado
Las derrotas no gustan en el Real Madrid y la propuesta del técnico vasco empieza a hacer mella en el madridismo. No es el fútbol que gusta en Chamartín y para colmo tampoco trae resultados. A este paso Lopetegui se comerá los turrones en su casa. Florentino Pérez está a punto de perder la paciencia por completo con el entrenador blanco y también con la actitud de sus jugadores. Nadie se hace responsable del equipo y falta un líder con capacidad física y mental para levantar al equipo.
Ni el brazalete despierta a Benzema
El francés fue el portador del brazalete en Moscú, pero ni con esas consiguió despertar al delantero que mostró en el inicio de temporada. Su mal momento se confirma y apunta a destellos esporádicos que coincidieron con el inicio de la competición doméstica. Es un fantasma que vaga por el terreno de juego. La tuvo de cabeza en la primera parte, pero el travesaño le frustró el gol del empate.
Nueve años en la casa blanca y todavía no asume los galones que debe tomar en los partidos donde no hay referentes en el terreno de juego. Florentino le tiene en la lista negra y su etiqueta de protegido se terminó.
La defensa hace aguas
El gol llegó por un error de Toni Kross. Realizó una volea para sacar el balón jugado que se convirtió en una asistencia para Vlasic que no perdonó ante Keylor Navas que poco pudo hacer. Un error a un gran precio, tal y como se cobran en Europa, pero que no deja exenta a una defensa que tuvo que intervenir poco pero que echó de menos el alma de Sergio Ramos. Lopetegui le dejó en Madrid para descansar, pero su rendimiento también está cuestionado. La opción más real era la de Vallejo, pero el entrenador optó por Nacho e hizo debutar a Reguilón en el lateral izquierdo dada la baja de Marcelo.
El centro del campo, dormido
Casemiro y Kross, dos de los tres titularísimos tenían la misión de comandar la nave, pero ni frente a un equipo de una liga inferior fueron capaces de dar clarividencia al juego madridista. El brasileño se topó contra el palo, pero el resto de ocasiones las mandó a las nubes. Kross quedó señalado por el error, intentó enmendarlo, pero sin socios arriba pocos espacios pudo encontrar. Asensio, que ocupaba la posición de extremo tampoco atraviesa su mejor momento.
Su calidad es innegable, pero no es extremo. Se nota en la verticalidad. El madridismo lo ha equiparado a Cristiano Ronaldo y para ser el portugués hay que demostrarlo frente a los grandes. Lo mismo que ocurre con Ceballos. Se hizo con la titularidad para dar descanso a Modric por el gran partido que firmó contra el Atlético de Madrid, pero los halagos se le han subido a la cabeza. Poca aportación al juego ofensivo. Otro más que han endiosado demasiado pronto.
Dani Ceballos en una disputa durante el partido frente al CSKA de Moscú / EFE
Los líderes, en Madrid
Lopetegui arriesgó y perdió. A veces pasa. Se dejó a los referentes del equipo en Madrid --Bale, Isco, Sergio Ramos y Marcelo-- todos por lesión, menos el de Camas y lo pagó caro. En Europa no se pueden hacer rotaciones a la ligera y el técnico debería saberlo. Es otro de los motivos por los que Florentino no tendrá piedad. El caso de Isco es aislado, pero no quiere que Bale vuelve a ser el jugador de cristal, como tampoco Marcelo o Carvajal, que se sumó a la lista tras abandonar el terreno de juego en el 42 dando entrada a Odriozola.
El presidente está harto de las vacas sagradas y sus actitudes. Muchos de ellos ya no rinden como antaño y visitan con asiduidad la enfermería. El caso del lateral izquierdo es claro. Ataca muy bien, pero se olvida de defender. Una tónica igualita a la que sigue su compañero de línea Sergio Ramos. Está más preocupado de mandar y meter goles que de evitar que los rivales le ganen la espalda. Hoy no pudo hacer nada desde el sofá de su casa, pero con el prologo del derbi del sábado, Lopetegui tuvo suficiente.