Todo eran sonrisas con la llegada de Julen Lopetegui al banquillo del Real Madrid y su mejora del juego colectivo en los primeros compases de la temporada. El equipo se mostró sólido en el centro del campo y los resultados maquillaron algunas lagunas del juego de las que había margen de mejora. Según han pasado las jornadas, los blancos han achicado su nivel de competividad en el terreno de juego, una sensación patente en el verde y que se ha incrementado con el bajón de cinco pilares fundamentales del equipo repartidos en las distintas líneas de juego.
Florentino Pérez ha tomado nota y si situción no se resuelve, dará un toque de atención a Lopetegui y a los cinco señalados. Cinco jugadores que tienen un peso enorme en la plantilla, pero ya se sabe, Florentino no se casa con nadie.
La defensa
El primer señalado es Marcelo. El lateral izquierdo heredó una banda que Roberto Carlos ocupó durante una década (1997-2007) y ha conseguido suplir a uno de los mejores laterales de la historia blanca, pero su nivel ha decaído. La temporada pasada generó muchas dudas en defensa por su vocación ofensiva, pero Zidane lo mantuvo como un intocable.
Lopetegui ya le ha dado varios toques de atención al respecto, incluso llegó a sustituirle frente al Girona en la segunda jornada de liga, pero el brasileño no reacciona. Esta lejos de su mejor nivel. Es un carrilero indispensable en la banda izquierda, pero olvida sus obligaciones en defensa. Algo que ya ha costado varios disgustos al equipo. Otro de los problemas del técnico vasco es que no tiene un recambio natural para esa posición y tras su lesión frente al Sevilla, Lopetegui se ha quedado sin lateral izquierdo dos semanas tras confirmarse la lesión muscular en el sóleo.
El capitán también es uno de los señalados. Es el hombre de mayor confianza del presidente y la voz directa entre vestuario y directiva, pero no atraviesa su mejor momento deportivo. Tras la marcha de Cristiano Ronaldo a la Juventus, el de Camas ha querido monopolizar todos los galones que quedaban sueltos en el equipo. Su rendimiento defensivo está por los suelos. Está más centrado en tirar las faltas y los penaltis que en defender. Unas distracciones innecesarias que aumentan con sus nominaciones al mejor defensa de la temporada pasada y al once de la FIFA.
Sergio Ramos en una foto de archivo / EFE
Una foto de Sergio Ramos / EFE
¿The Best?
Otro de los presentes en la lista de Florentino es Luka Modric. Des que se inició la campaña madridista para alzarse con el trofeo The Best y conquistó el trofeo el pasado lunes, el croata no es el mismo. Firmó un Mundial de escándalo, pero desde que se enfundó de nuevo la camiseta del Madrid su nivel ha bajado estrepitosamente. Frente al Sevilla estuvo desaparecido, en la línea del equipo, pero tampoco ha tenido un arranque de temporada extraordinario. Lopetegui lo dejó sentado en el banquillo en varias ocasiones y parece que empieza a achacar la edad.
Los arietes, cuestionados
Es un viejo conocido del madridismo y que lleva temporadas en el ojo del huracán. Karim Benzema. El delantero de referencia blanco empezó con goles y asistencias la temporada, pero ha vuelto a ser el fantasma de cursos pasados. Sin la sombra de Cristiano Ronaldo, el '9' no tiene excusa. Aporta poco al juego colectivo y sus ayudas en el centro del campo, las que tanto defendía su paisano Zidane, han desaparecido. Le falta gol y desmarque.
Karim Benzema es sustituido por Mariano / EFE
Karim Benzema es sustituido por Mariano / EFE
El último es Gareth Bale. Su estado de forma es envidiable y es la nueva refencia del equipo en la delantera. Ha firmado un inicio de curso espectacular, pero no pudo salvar a su equipo frente al Sevilla y pasó de puntillas contra el Athletic. El galés tiene margen y la confianza del presidente dadas sus condiciones, pero Florentino no le permitirá que baje el ritmo. Es la nueva estrella del equipo y debe asumir los galones en cada partido.
En definitiva cinco pilares del juego madridista que empiezan a acusar la edad. Llevan años en la élite y no pueden permitirse ningún lujo. El estirón de orejas es inminente, especialmente si se pierde frente en el derbi madrileño del sábado.