Partido soporífero en el Santiago Bernabéu. El Real Madrid recuperó su peor versión después de unos días donde la euforia estaba disparada en la casa blanca. Lo que hace un buen partido.
Tan poco acostumbrados están al buen fútbol en Chamartín que tras la solvente victoria contra la Roma en Champions, muchos madridistas se atrevieron a comparar el Madrid de Lopetegui con el Barça de Guardiola. Frente al Espanyol despertaron del sueño, fugaz.
Los blancos vencieron al conjunto perico por la mínima (1-0) gracias a un gol de Marco Asensio que en primera instancia fue anulado por fuera de juego. La ayuda del VAR confirmó el error para que el tanto subiese al marcador.
Meneo en la alineación
Fue lo mejor que hizo Asensio en todo el partido. El crack balear estuvo impreciso, especialmente durante el segundo tiempo, y contagiado de la pasividad que desprendían los blancos.
Probablemente pasó factura el meneo que Lopetegui dio a la alineación: Con Courtois por Keylor, Odriozola por Carvajal, Nacho por Marcelo, Ceballos por Kroos y Asensio por Bale.
Demasiados cambios que propiciaron algo inesperado: el Espanyol dominó al Madrid con una exhibición en el centro del campo de Granero y, sobre todo, de Marc Roca.
Julen Lopetegui da indicaciones a sus jugadores en el Real Madrid-Espanyol / EFE
El joven canterano fue superior a cualquier centrocampista blanco, dominó los tempos del duelo y fue clave para que en la segunda parte el Espanyol fuese muy superior al Madrid. Los blancos terminaron arrinconados, contra las cuerdas, pidiendo la hora.
Cambio defensivo
Lopetegui aceptó la situación y claudicó al dar entrada a Marcos Llorente por Isco. El mediocentro defensivo se juntó a Casemiro para contener las embestidas de un Espanyol dominador.
Mientras Rubi colocaba toda la pólvora blanquiazul sobre el tapete –Leo Baptistao y Sergio García entraron en el segundo tiempo–, Lopetegui ponía el modo amarrategui.
El cambio más ofensivo del técnico vasco fue la entrada de Mariano en el '60 por Karim Benzema. El ariete canterano fue ovacionado mientras que el galo vuelve a quedar claramente señalado.
Baño del Espanyol
Sin embargo, ni Mariano ni Lucas Vázquez aportaron nada al juego de los blancos, mientras Gareth Bale hacía bromas en el banquillo esperando unos minutos que jamás llegaron.
Gareth Bale se queda en el banquillo del Real Madrid contra el Espanyol / EFE
La jugada salió bien por la victoria, especialmente necesaria tras el anterior tropiezo en San Mamés. El Madrid no se podía permitir perder otros dos puntos. Sin embargo, el juego de los blancos dejó mucho que desear. Como reconoció el propio Lopetegui: “Nos faltó energía”. Ya baja el souflé.