El Real Madrid dio este miércoles un golpe encima de la mesa. El equipo blanco se deshizo con una gran facilidad de la Roma, semifinalista de la Champions del año pasado y su principal rival en el sencillo grupo que le ha tocado en esta primera fase.
El resultado (3-0) no deja lugar a dudas. Una diferencia de tres goles que podría haber sido, sin embargo, más amplia. El equipo blanco, con un once plagado de centrocampistas más dos jugadores de la clase de Bale y Benzema salió al terreno de juego a dominar el partido desde el minuto uno.
Ya en la primera media hora del choque la Roma se vio completamente superada. Apabullada por el juego de combinación de los blancos, la profundidad de sus bandas y el gran número de jugadores que acumulaba en cada ataque.
Aunque el Madrid acabaría bajando el pistón al sentir el partido sentenciado, los de Julen Lopetegui siguieron desplegando un juego coral y en equipo con Isco Alarcón como faro, en un Santiago Bernabéu que agradeció la actuación de sus ídolos.
Un modelo a imitar
El partido de debut en esta Champions del Madrid es un ejemplo del proyecto que están tratando de construir desde los despachos merengues. Un plan de acción que sigue unas líneas maestras muy similares a las que llevaron a la excelencia a su eterno rival en España.
Los jugadores del Real Madrid celebran un gol
Florentino Pérez tiene una especie de obsesión en imitar el modelo de éxito consumado durante la etapa de Pep Guardiola en el Barça. Una época, de la que cada vez van quedando menos reminiscencias en el conjunto culé, pero que sirvió no sólo para levantar títulos y más títulos, sino también para dejar una impronta en el imaginario de la historia del fútbol.
Haciendo un repaso a las últimas decisiones de la entidad blanca resulta fácil encontrar los paralelismos con el caso de éxito blaugrana.
Líneas de acción
Para empezar, Florentino y la dirección deportiva merengue llevan varios años fichando talento joven, mayoritariamente español, en vez de estrellas consagradas extranjeras. Prueba de ello son jugadores como Isco, Asensio, Carvajal o Ceballos, entre varios otros. Nombres que a día de hoy conforman la columna vertebral de la selección.
A estos jugadores va ligada la clara apuesta por un fútbol de toque y posesión, aquel con el que se sienten más cómodos este tipo de futbolistas, y que otorgó los mayores éxitos en su momento tanto a España como al Barça, con Xavi e Iniesta como mayores exponentes.
Iniesta, Messi y Xavi, finalistas y ganador del Balón de Oro 2010
Lopetegui al mando
La propia decisión de firmar a Julen Lopetegui es una reafirmación de esta apuesta. El técnico vasco, que ya demostró en su etapa en la selección qué tipo de fútbol le gustaba, está construyendo un Madrid con posesiones más altas, mayor control de los partidos y un ataque con muchos jugadores ante defensas cerradas, elementos todos ellos identificativos de la escuela Barça.
Puestos a encontrar paralelismos, la decisión de Lopetegui de repartir los minutos de la portería entre Courtois (Liga) y Navas (Champions), recuerda a la seguida en su momento por los técnicos culés con Claudio Bravo (Liga) y Ter Stegen (Champions), antes de la salida del chileno hacia el Manchester City.
Como vemos por tanto, los paralelismos entre los modelos son evidentes. Así como el relevo que está cogiendo el Madrid como gran cantera de la selección española. La duda ahora está en si el club de Florentino será capaz de dejar la huella lograda por el Barça en sus años más felices.