La madriditis está en plena efervescencia. En el Bernabéu se dice que nunca habían visto jugar tan bien al Real Madrid. Y las comparativas ya rozan el súmmum de la barbaridad. En Chamartín es habitual la exageración, para lo bueno y para lo malo.
Este miércoles, contra la Roma (3-0), los blancos mostraron su mejor cara y los comentarios insinuando que el Madrid de Lopetegui ya juega mejor que el Barça de Guardiola empiezan a escucharse. Tienen la capacidad de comparar cuatro partidos con cuatro años de fútbol magistral.
Pero lo cortés no quita lo valiente. El Madrid venció, convenció y a muchos enamoró. La escuadra blanca fue claramente superior a la Roma y sus cracks demostraron que este año, por fin, aspiran a elaborar un fútbol de calidad.
Lopetegui va engrasando la máquina y supo pasar página sobre el batacazo en San Mamés. En el regreso a la Champions, el técnico vasco también recuperó al que debe ser su once de gala.
Marco Asensio, en el banquillo
El damnificado fue el crack con más proyección de la plantilla, Marco Asensio. Su juventud ayudó a Lopetegui a tomar una decisión salomónica para evitar el enfado de otros pesos pesados: hasta ahora, Isco y Modric se venían disputando una plaza en el centro del campo.
Por lo demás, es un once que cualquier madridista podría recitar de memoria: Keylor Navas, que ganó la partida a Courtois para apagar el conato de incendio, Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo, Casemiro, Kroos, Modric, Isco, Benzema y Bale. Sin sorpresas.
Cristiano, expulsado con la Juve
El crack malagueño fue protagonista. No como centrocampista, sino más adelantado para completar la tripleta de ataque, el de Benalmádena dejó una dosis de buen fútbol además de sus habituales destellos de fútbol bonito, aunque estéril en ocasiones.
En esta ocasión fue eficaz. Tanto que se encargó de avanzar al Madrid en el marcador ('45) con un acertado lanzamiento de falta que ayuda a olvidar a Cristiano Ronaldo.
Los lagrimones de Cristiano Ronaldo en Mestalla / EFE
El crack luso, aciago y exasperante para la hinchada blanca durante la temporada pasada por su escaso acierto en los libres directos, también fue protagonista en la jornada de Champions. Pero no por sus goles, sino por sus lagrimones.
Recital de Isco
Ronaldo fue expulsado en su estreno europeo con la Juventus a los 30 minutos de partido por golpear a un jugador del Valencia. Abandonó el terreno de juego hundido, llorando a moco tendido.
Mientras tanto, a solo 350 kilómetros de distancia, su antigua casa blanca era una fiesta. No solo por los que celebraron la expulsión de Cristiano, que no fueron pocos –y muchos lo defendían a muerte hace seis meses–, sino por los que vibraron con Isco.
Gol de Bale
Pero el malagueño no fue el único en brillar. También lo hizo Gareth Bale, demoledor frente a la Roma. El galés anotó el segundo gol ('58) con un zurdazo de categoría.
Gareth Bale marca frente a la Roma / EFE
A los tres minutos Asensio dio descanso a Benzema y estuvo a punto de marcar el gol de la jornada, pero no pudo. El que sí aprovechó sus escasos minutos fue el nuevo hijo pródigo del madridismo: Mariano. Un año después de hacer las maletas, debutó en el Bernabéu con gol ('92).
Y Mariano pone la puntilla
El Madrid, triple campeón consecutivo de la Champions y acreedor de cuatro trofeos continentales en cinco años, vuelve a presentar su candidatura a la orejuda. De la mano de Lopetegui, los blancos demuestran que no echan de menos a Cristiano Ronaldo. De momento.