Julen Lopetegui ya ha probado en su propia piel cómo se sabe la rabia, furia y enfado de la afición madridista. La derrota contra el Atlético de Madrid en la final de la Supercopa de Europa dolió, pero el madridismo entendió que el equipo necesitaba un proceso de adaptación a la nueva metodología del técnico vasco. 

Una vez iniciada la Liga, el Madrid dio claros síntomas de mejora. Juego colectivo y asociativo, Benzema y Bale en pleno estado de forma, Asensio asumiendo los galones que abandonó Cristiano Ronaldo y el equipo como funcionando como una sola maquinaria. Es pronto para hacer balance --un tropiezo lo puede tener cualquiera-- pero el madridismo no está contento con la actuación de su equipo en San Mamés. Ni rastro del equipo que aplastó a Getafe, Girona y Leganés con goles y buen fútbol. 

¿Virus FIFA?

El parón de selecciones apunta a uno de los motivos del bajo rendimiento del equipo. Luis Enrique cuenta con muchos de los futbolistas madridistas, algo que se sumó a la marcha de Varane, Courtois, Bale, Kroos y Modric y los dos brasileños Marcelo y Casemiro. Casi todo el once inicial y los principales suplentes abandonaron Valdebebas durante una semana y fueron --casi todos-- titulares con sus selecciones. 

Afortundamante no hubo lesiones, pero sí quizás acumulación de minutos y cansancio por los viajes, el cambio de rutina y la metodología en sus respectivas selecciones. Fuere como fuere, el Athletic se dio un festín de fútbol. Tuvo dos semanas de preparación para el partido y se notó. Superiores en todos los aspectos del juego, una segunda parte más floja les arrebató tres puntos muy merecidos. 

Sin plan B

Con el Barça líder en solitario tras remontar a la Real Sociedad en Anoeta, los aficionados madridistas ya muestran la impaciencia que les caracteriza. Quieren la Liga y no saben que no pueden dejar escapar ningún punto. El técnico vasco ya sabe lo que es descontentar a una afición extremadamente exigente que ya le vaticina como el futuro Rafa Benítez y como un nuevo fracaso para el madridismo. 

También se ha cuestionado el buen estado de fornma de Bale y Benzema. El galés fue el único que destacó en la delantera. Tuvo galones para intentar encarar y generar ocasiones de peligro, pero solo encontró recompensa en la asistencia a Isco para el empate. Benzema, volvió a ser el delantero insípido que le ha generado tantos enemigos en la hinchada merengue. Sin olfato y en otro partido. 

Lopetegui no quiso arriesgar y no tuvo un plan B. Por debajo en el marcador durante casi 60 minutos, y con media hora de juego tras el empate, recurrió a Casemiro para contener al Athletic en vez de ir a por los tres puntos sacando a sus hombres de perfil ofensivo. Mariano volvió a quedarse sin debutar y Vinicius ni siquiera fue convocado. Los aficionados y detractores madrisitas ya han empezado su campaña contra el técnico vasco en las redes sociales. 

Algunso culés han recurrido a la burla, mientras que los madridistas critican, pero evidencian su preocupación. 

 

El Madrid tendrá que volver a demostrar este miércoles en Champions contra la Roma su juego y sus galones como vigente campeón y el sábado contra el Espanyol, que vive su momento más dulce tras la llegada de Rubi al banquillo de Cornellà.