Hay decisiones que marcan a los dirigentes que las toman. Y una de ellas es la que impidió que Marco Asensio recalase en el Barça durante el verano de 2014, cuando el mallorquín tenía todo prácticamente hecho con el club blaugrana.
Lo que ha venido después todo el mundo lo conoce. El ahora jugador del Real Madrid ha ido quemando etapas a una velocidad sorprendente incluso para los que pronosticaban su éxito en el fútbol profesional de primer nivel.
La última de sus conquistas no es otra que su condición de nueva estrella y jugador clave de la Selección Española de fútbol. Después de que Julen Lopetegui, su actual entrenador en el Real Madrid, le diese la alternativa en el combinado nacional, Asensio ha acabado por explotar de la mano de Luis Enrique.
Estrella en Elche
El balear, tal y como ya hizo en varios partidos clave en la etapa de Zinedine Zidane en el conjunto madridista, deslumbró este pasado martes en la paliza que España le endosó a la subcampeona del mundo Croacia.
Después de un inicio dubitativo del equipo de Lucho, y tras el gol inicial de Saúl Ñíguez, Asensio se sacó de la chistera dos golazos espectaculares desde fuera del área. Dos tiros lejanos, uno desde la frontal del área y otro más escorado, que acabaron por sentenciar el partido a favor de la Selección Española incluso antes de que llegase el descanso.
Ante la pantalla del televisor, mientras muchos madridistas sonreían de la emoción, desde Can Barça a buen seguro se tiraban, otra vez, de los pelos. Por lo que pudo haber sido y no fue. Por una oportunidad que el club blaugrana dejó escapar y que desembocó en la llegada de una futura estrella a su eterno rival.
Un acuerdo truncado
Volviendo al verano de 2014 se pueden reconstruir los hechos en torno al fichaje fallido de Marco Asensio por el equipo culé. El acuerdo entre Mallorca y Barça era total. Tanto es así que, según reveló en su momento Mundo Deportivo, el joven jugador balear llegó a desplazarse a la localidad de Castelldefels para buscar casa.
La dirección deportiva del Barça, encabezada entonces por Andoni Zubizarreta, estaba convencida de la idoneidad del fichaje. Pero desde el Camp Nou no veían clara la manera de ejecutarlo.
Mientras el Mallorca –que en aquel momento atravesaba graves problemas económicos- exigía que los 4,5 millones acordados a cambio del jugador se pagasen al contado, el Barça pretendía abonarlos en varios plazos y sujetos a una serie de variables.
Aunque este punto de desacuerdo pueda parecer hoy ridículo, en aquel entonces se convirtió en el desencadenante del fin de las negociaciones. Y es que desde las oficinas blaugranas, con el ex director general barcelonista Antoni Rossich a la cabeza, se negaron a pagar directamente esta cantidad.
Un error sangrante
Visto desde hoy en día, lo más sangrante del caso es que, poco después de este movimiento fallido, el Barça se haría con los servicios del lateral brasileño Douglas Pereira por una cantidad incluso algo superior (5,5 millones). Jugador que se convertiría en uno de los fracasos más sonados de la dirección deportiva culé en los últimos años.
Mientras tanto, el joven Asensio ficharía ese mismo año por el eterno rival. En diciembre de 2014 el Real Madrid abonó algo menos de 4 millones de euros al contado al Mallorca, equipo en el que continuaría jugando al año siguiente en calidad de cedido.
Tras una nueva cesión al Espanyol, en la temporada 2016-2017 Zidane decidió quedárselo para la primera plantilla merengue. El resto y el éxito del atacante español ya son historia.