Florentino Pérez quiere a Neymar Jr. vestido de blanco, pero también quiere un estadio remodelado. Debe pagar las fichas de los jugadores, cada vez más elevadas, y la secretaria técnica blanca ya analiza posibles fichajes para el mercado de invierno. Demasiados objetivos para una caja que tiene tope.
Pese a su obsesión con el brasileño, la imposibilidad de fichar al extremo del PSG después de que Sandro Rosell se lo arrebatara en 2013, ha jugado en favor de los beneficios económicos del Real Madrid. Florentino ha conseguido una gestión económica envidiable. Cuenta con 751 millones de superávit después de tres veranos sin fichajes galácticos, con ventas muy sonadas y cotizadas y, a su vez, ha reinado en Europa consiguiendo tres Champions League consecutivas.
Un traspaso mediáticamente imposible
Que Neymar acabe de blanco es cuestión de tiempo. El jugador preferiría volver al Barça, pero la negativa de la directiva del club catalán solo deja la puerta abierta de un club en la Liga española. Su eterno rival. Florentino tentó en diversas ocasiones al brasileño mientras vestía la zamarra azulgrana, pero entendió que un proceso de transición podría mejorar las condiciones del fichaje y mantener estables e intactas las relaciones institucionales con su eterno rival.
El '10' de la canarinha es prioritario y su malestar en la liga francesa facilita un fichaje que, pese a ser caro, se amortizaría en poco tiempo. Al menos económicamente por su marketing. La larga espera de Florentino ha dado sus frutos. Tiene capital y puede proponer una buena oferta al PSG.
El estadio, otra prioridad
Aun así, se le acumulan los proyectos. El Santiago Bernabéu necesita un nuevo aspecto. El empresario quiere que el templo madridista esté a la altura de la entidad que representa y sabe que la remodelación será larga y costosa. Primero necesita que la asamblea le apruebe los presupuestos este 23 de septiembre: una hipoteca de más de 575 millones a 35 años. Difícil, pero no imposible. Su objetivo, por ahora, es el estadio. Con tanto capital disponible, no se entiende que Florentino no haya forzado la situación este verano. El Bernabéu está por delante de Neymar.
Una política empresarial que no coincide con el exequipo del brasileño. El Barça lleva años analizando y estudiando la remodelación del Camp Nou. La remodelación se aprobó en 2014 con el 72,3% de votos afirmativos plasmados en un referéndum. Hasta la fecha no se ha movido ni un solo ladrillo. El proyecto se pospone constantemente y este año parece ser que irá por el mismo camino. El club ha decidido dar vía libre a la secretaría técnica para reforzar al equipo. Algo que deja entrever las prioridades de ambos clubs. El Barça quiere reinar en Europa y Florentino un nuevo estadio donde lucir sus 13 copas de Europa.