La llegada de Luis Enrique a la Selección ha supuesto un sinfín de cambios. Tanto en el estilo de juego, en las normas de convivencia como en la influencia de los jugadores en las decisiones extradeportivas. En este último aspecto, el capitán de la selección, Sergio Ramos, ha sido el más perjudicado.
El capitán tenía vía libre para hacer y deshacer en las decisiones del combinado nacional. Era la voz del entrenador en el campo y también en el vestuario, concentraciones y planificaciones para las concentraciones. Hasta ahora. La llegada de Luis Rubiales a la Real Federación Española de Futbol fue el principio de una nueva era, pero la presencia de Julen Lopetegui mantuvo viva su influencia. Con Luis Enrique se acabó. Técnico y presidente han acordado que las decisiones deportivas estarán totalmente bajo su criterio, y en caso de dudas, Rubiales será la persona a consultar.
De todo a casi nada
El poder de Ramos en 'La Roja' llegó a tal punto, que el capitán opinaba sobre los diseños de la camiseta y daba el visto bueno a los modelos propuestos por Adidas. Luis Enrique fue elegido por sus méritos deportivos y por la necesidad de cambio que se respiraba en la selección, pero su carácter y personalidad juegan -- y encajan-- a favor de Rubiales. El presidente vivió de primera mano en Rusia la influencia de Ramos, algo que no gustó al dirigente de la RFEF y que se convirtió desde entonces en uno de sus principales objetivos a erradicar.
A partir de ahora, Ramos será la voz del vestuario con Luis Enrique, pero también deberá ser la personificación del técnico de cara al resto de jugadores. Las normas impuestas --de sentido común-- deberán ser respetadas y Ramos --le guste o no-- deberá dar ejemplo como capitán. Luis Enrique ha dejado claras sus reglas del juego y si Ramos no se adapta, tendrá vía libre para dejar de contar con el de Camas. De momento, la adaptación ha sido buena. Nadie rechista a la espera de ver cómo evoluciona el método 'Lucho' y el asturiano cuenta totalmente con el central. Para el técnico es insustituible en el terreno de juego, pero si desestabiliza al equipo fuera del campo no le temblara el pulso.
Luis Enrique, el comandante
Visto lo visto Luis Enrique es el jefe. Ya lo dijo Marco Alonso en su primera convocatoria con la absoluta. El ambiente es distinto. Caras nuevas, muchas ganas de volver a ganar y muchos cambios en la metodología y el estilo de juego que, de momento, mantienen a los internacionales sin tiempo para pensar en la comodidad del pasado.
A partir de ahora, Ramos será quien negociara las primas y las funciones lógicas como portador del brazalete, pero el '15' debe meditar sus prioridades. Entrar en una guerra perdida con Luis Enrique o achicar agua y colaborar para que 'La Roja' vuelva a reinar y, a título personal, convertirse en el máximo representante de España. Solo le queda Casillas por delante y su pasión por su país va más allá de su ego.