Keylor Navas puede tener las horas contadas en el Real Madrid. La llegada de Thibaut Courtois se antoja como una competencia de primer nivel y la obsesión de Florentino por un nuevo cancerbero ha sido tema de debate en los últimos tres veranos.
Navas ha rendido. Ha conseguido defender la portería de los blancos para alzarse con tres Champions consecutivas y el trato que el club le profiere con la llegada del belga le molesta profundamente. Sabe que peligra un puesto que ha defendido a capa y espada y para el que no ha dado signos de debilidad o bajo rendimiento. Florentino Pérez quiere amortizar la inversión de 35 millones de euros y para ello, Courtois debe jugar en detrimento de Navas.
La paradoja
Pese a que Julen Lopetegui confía plenamente en el costarricense, el técnico vasco se ha visto obligado a hacer debutar a Courtois. Respetó los galones del tico las dos primeras jornadas de Liga --frente al Getafe y al Girona-- pero no pudo retener al belga en el banquillo frente al Leganés.
El mismo día que Navas expuso su trofeo a la afición merengue en el césped del Bernabéu que le coronaba como 'Best Goalkeeper' de la temporada pasada, tuvo que conformarse con los aplausos de los hinchas. Devolvió los aplausos, posó para los cámaras y enfiló camino al banquillo. Sin premio, ni respeto de Lopetegui por la consecución del trofeo particular. El enfado se le vio en la cara, aunque en su discurso defendió su figura como guardameta del equipo. Un recadito para el belga y el club.
La Champions, el punto de inflexión
Solo se han disputado tres jornadas de Liga y la final de la Supercopa de Europa. Menos en la final, el guardameta no ha desentonado en ningún momento y ha demostrado que continúa en un buen momento de forma. Sabe que la competencia es directa. Courtois tiene nombre y calidad y ha venido a jugar, no a ser un suplente de oro. Aun así, Keylor no se concibe a sí mismo como suplente.
La lógica invita a pensar que debería ser una transición silenciosa. Tal y como ocurrió cuando el tico era suplente de Casillas. Una cuestión de escalafones en el vestuario. Keylor no está dispuesto a quedar relegado al banquillo y será paciente, pero solo hasta que empiece la Champions. El entorno del jugador duda mucho de que Lopetegui los turne constantemente. Además el técnico todavía no se ha pronunciado sobre cómo gestionará los palos, pero Keylor lo tiene claro: si le sienta en la Champions buscará un nuevo destino en enero.
El próximo miércoles 19 es el primer encuentro de la Champions League, donde el Real Madrid defenderá el título como vigente campeón frente a la Roma. Será ese momento en el que elija. De no jugar, será el propio jugador quien pida que le faciliten su salida.