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Hansi Flick intuía, el pasado verano, que el curso actual sería complicado. Mucho más duro que el pasado. Sus malos presagios se confirmaron con la marcha de Iñigo Martínez a Arabia Saudí. También estaba preocupado por Lamine Yamal, por su vida privada y por su lumbalgia. El Barça, mucho más destensado, se puso a cinco puntos del Real Madrid, el pasado 26 de octubre, tras perder en el Bernabéu (2-1). Hoy suma siete más (a la espera del Alavés-Madrid de este domingo).

Pintaban bastos en el Barça. Laporta, siempre impulsivo, pidió calma. De Flick se sabía que sufría demasiado y comenzó a especularse sobre la posibilidad de que se marchara del club en verano de 2026, un año antes del segundo contrato firmado con el Barcelona. El técnico alemán se sentía solo. También, decepcionado con el rendimiento de algunos cracks.

Las soluciones

Koundé no es el Koundé de la pasada temporada. Tampoco Balde. Ni Lamine. Flick, sin embargo, encontró fuerzas con el compromiso de Éric García, una pieza básica para el técnico alemán por su polivalencia y buenas prestaciones. También se animó con las reapariciones de Joan García, Pedri y Raphinha.

Raphinha celebra su doblete de goles en el Barça-Osasuna con Lamine Yamal EFE

Flick, un técnico tan metódico como perfeccionista, dialogante pero exigente, apretó las tuercas al equipo. Fue atrevido y justo. Premió a los futbolistas en mejor forma, aunque sean actores teóricamente secundarios, como Gerard Martín, y castigó a los cracks que no merecían jugar o ser titulares.

Frenkie, suplente

De perdidos al río, debió pensar Flick. Dejó de ser diplomático y apostó por la meritocracia. Ya no le importa que Frenkie de Jong sea suplente, sobre todo tras su mal partido contra el Chelsea. La pasada temporada dio carrete al centrocampista neerlandés cuando más cuestionado estaba en el Barça, pero ahora vive a la sombra de Éric García. Con el futbolista de Martorell, el equipo está más equilibrado. Sufre menos.

Enzo Fernández tumba a Frenkie de Jong EFE

Frenkie es suplente de Éric, renovado recientemente, y a quien el Barça quiso vender o ceder hace un año y medio. Flick frenó su salida y el equipo mejora día tras día con Éric, ya sea de lateral, de central, de mediocentro o de lo que sea.

Lewandowski, inédito

Más drástico todavía ha sido Flick con Lewandowski. El delantero polaco, sin grandes esfuerzos defensivos, ha sido relevado por Ferran Torres, mucho más intenso. El valenciano, discutido inicialmente, simboliza la transformación del Barça en los dos últimos años. Marque o no, nunca escatima un esfuerzo.

Robert Lewandowski en el Barça-Eintracht de la Champions League FCB

Lewandowski ni tan siquiera jugó un minuto contra Osasuna. Es carne de cañón y podría ser titular, el martes, en Guadalajara. Flick, no obstante, sabe que el futbolista internacional tiene gol y mucho orgullo. De momento, prefiere dosificarlo y aprovechar el gran momento de Ferran.

Turistas y socios

Flick, con sus decisiones, se gana, día tras día, el respeto de todos los futbolistas. O casi. Todavía tiene algún asuntillo por resolver, pero parece haber recuperado el mando. Calmado el vestuario, Laporta también vive mejor. El presidente se prepara para una carrera electoral en la que parte como claro favorito. Solo un cataclismo puede castigar al actual dirigente, cada vez más alejado del socio porque prefiere el dinero de los turistas a la fidelidad de los abonados

Laporta, al lado del presidente de Osasuna, Sabalza, en el palco del Camp Nou EFE

El rechazo de Laporta a la Grada d'Animació retrata sus tics dictatoriales. No tolera la crítica y siempre ve demonios cuando habla de las peñas, pero con Flick está mucho más tranquilo que con Xavi. El técnico alemán fue su apuesta en el peor momento de su mandato y acertó de pleno.

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