El fichaje de Marc-André Ter Stegen fue un gran acierto de Andoni Zubizarreta, director deportivo del Barça en 2014. No lo tenía fácil para sustituir a Víctor Valdés y apostó por un portero alemán con un currículo muy discreto. Su rendimiento, en 11 años, ha sido satisfactorio, aunque ahora hay dudas sobre su valía.
Ter Stegen es el capitán del Barça. Es un futbolista con carácter. Dice las cosas claras y no siempre de manera diplomática. El problema es que también es egoísta. Tremendamente competitivo y ambicioso, no acepta las suplencias.
Claudio Bravo
En 2016, Ter Stegen lanzó un ultimátum al Barça. Amenazó con irse si no se iba Claudio Bravo, y Luis Enrique se decantó por él, mucho más joven. Más recientemente, en abril, presionó a Hansi Flick para ser titular en el tramo final de la temporada y, sobre todo, en una hipotética final de la Champions.
Ter Stegen, sonriente con Joan Laporta tras firmar su renovación hasta 2028
La presión de Ter Stegen molestó a Flick. El técnico se preparó para gestionar un conflicto que amenaza con pudrirse y dio luz verde al fichaje de Joan García. Hoy, el alemán es un problema para el técnico y para Deco. Insiste en que no quiere irse del Barça, pero si se queda será una bomba de relojería en el vestuario del Camp Nou. Si fuera honrado, escucharía al club y buscaría la mejor solución. Su etapa en el Barcelona ya ha terminado.