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El Barça más pragmático resistió en Lisboa. Con un jugador menos por la temprana expulsión de Cubarsí, el equipo de Hansi Flick vio la luz con un gol milagroso de Raphinha en la gran noche de Szczesny. Ya no hay debate en la portería de un Barcelona muy cerca de los cuartos de final. Terminaron exhaustos los barcelonistas e impotentes los jugadores del Benfica, frenados siempre por el meta polaco.

Flick apostó por un Barça más talentoso que combativo en Lisboa. Con Frenkie de Jong, Dani Olmo y Pedri en el centro del campo, tres futbolistas con buena pierna, pero menos intensos los dos primeros que Casadó y Gavi.

Inicio trepidante

El Benfica comenzó desbocado, con el mismo guion de hace un mes y medio en el mismo Estadio da Luz. A los 20 segundos, una mano providencial de Szczesny frustró un remate de Akturkoglu. Un minuto después replicó el Barça, pero Dani Olmo no estuvo acertado.

Frenkie de Jong pugna por el balón con dos jugadores del Benfica EFE

El Barça quiso la pelota y presionaba arriba al Benfica, que optó por un bloque bajo, empeñado en proteger a Trubin y seleccionar muy bien las contras. Y suerte tuvo de que Lewandowski y Lamine se liaron en sendos remates con todo a su favor antes del cuarto de hora.

Expulsión de Cubarsí

Tenía controlado el partido el Barça, disciplinado y autoritario, pero los planes de Flick se desmoronaron con la expulsión de Cubarsí por derribo a Pavlidis mediada la primera parte. Szczesny evitó el mal menor poco después al despejar el libre directo lanzado por Körcü.

Pau Cubarsí, expulsado por Félix Swayer en el Benfica-Barça de Champions League EFE

Sin Cubarsí, reculó el Barça y Flick sacrificó a Dani Olmo para dar entrada a Araujo. Menos directo, el equipo azulgrana quiso el balón para evitar problemas en un duelo con mucha tralla, muy físico y con mucho contacto.

Las paradas de Szczesny

El Benfica fue más atrevido en el segundo acto. Tenía la gran oportunidad de golpear primero en la eliminatoria, pero chocó con un Szczesny muy mejorado respecto al mismo portero de hace un mes y medio.

El partido se había puesto feo. El Benfica llegaba con mucha facilidad al área barcelonista y Flick prescindió de Lamine para dar entrada a Ferran. Necesitaba un equipo más combativo. También un destello de clase o una pillería. Y la solución la encontró Raphinha, al penalizar un error de António Silva para batir a Trubin con un remate lejano.

El delantero Raphinha celebra su gol al Benfica EFE

Marcó el Barça y resistió hasta el final. Apretó los dientes y peleó como si le fuera la vida a cada futbolista en cada acción. El Barça más combativo salió vivo de Lisboa y se acerca a los cuartos de final de la Champions.

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