El FC Barcelona espera un mercado de fichajes tranquilo y sin sobresaltos en enero de 2025. El director del área de fútbol, Deco, apuesta por retener el talento. Ni entradas, ni salidas. Aun así, el Barça no puede controlar movimientos ajenos de otros jugadores sobre los que mantiene el control. Es el caso de Óscar Mingueza, una de las revelaciones de la Liga 2024-25.
El carrilero del Celta de Vigo es un fijo en los esquemas del técnico Claudio Giráldez. A sus 25 años, el defensor de Santa Perpètua de Mogoda ha alcanzado la madurez futbolística. De ahí que numerosas novias hayan llamado a su puerta. El club azulgrana, con un 50% de futura venta y un derecho de tanteo, se frota las manos con una posible salida del canterano barcelonista.
Varias novias
Varios medios apuntan al Red Bull Leipzig como gran interesado en el lateral. La franquicia alada estaría dispuesta a abonar los 20 millones de euros estipulados en la cláusula de rescisión. En consecuencia, la institución presidida por Joan Laporta ingresaría 10 kilos. El Barça no tiene en sus planes repescar al jugador criado en la Masía.
Si un equipo abona el importe de la cláusula de salida, la pelota estará en el tejado de Mingueza, que ya recalcó el pasado mes de octubre su satisfacción en Balaídos: "Estoy muy cómodo en Vigo. Está siendo una temporada muy buena, estamos jugando muy bien y haciendo buenos partidos. Estoy disfrutando, me están saliendo las cosas y estoy muy feliz".
Al alza
En menos de la mitad de la campaña 24-25, Óscar ya ha superado los registros de las dos campañas anteriores vestido de celeste: dos goles y cinco asistencias en 15 partidos, todos ellos como titular, y 1.189 minutos. Luis de la Fuente lo llamó con la selección española para el parón de selecciones de octubre, y el carrilero disputó los 90 minutos del triunfo contra Suiza (3-2).
Lejos de Barcelona hace frío, pero las bajas temperaturas atlánticas han sentado de maravilla a Mingueza en Galicia. Xavi Hernández le invitó a marcharse del Barça: "Cuando llegó Xavi, no encajamos bien. No le gusté o lo que sea. Me dijo que jugaría 10 partidos como había jugado desde que él llegó, bastante poco. Por eso salí del Barça, para volver a tener la motivación, las ganas de jugar y mejorar mi fútbol".