La Liga de los vasos comunicantes: Barça y Real Madrid fallan demasiado
- Los dos grandes equipos de la Liga han fallado en las últimas jornadas y los barcelonistas prosiguen su caída tras golear en el Bernabéu
- Más información: El Barça descarrila en el Villamarín
El Barça es un equipo indescifrable, como su presidente, Joan Laporta. Tras un convincente inicio de curso, el grupo de Hansi Flick solo ha ganado uno de los últimos cinco partidos de la Liga y el Real Madrid, sin grandes alardes, se pone a dos puntos, pendiente todavía de jugar en Mestalla. La caída barcelonista coincide con el resurgir madridista.
Noviembre fue un mes horrible para el Barça, un mes de "mierda" para Flick. Diciembre comenzó con una goleada en Mallorca, pero el equipo azulgrana ya no domina ni desespera a sus rivales. Al contrario. El Betis, en horas bajas, castigó la fragilidad barcelonista. Ni con ventaja en el marcador se siente seguro el Barcelona. El Betis, en dos ocasiones, neutralizó un resultado desfavorable.
Frenkie de Jong
Flick tiene muchos asuntos pendientes. Muchos problemas por resolver. Frenkie de Jong, el jugador que más dinero le cuesta al Barça, es suplente. Juega con miedo y está a años luz del futbolista que sedujo a los grandes clubes de Europa con el Ajax. En el Villamarín, el centrocampista neerlandés provocó un penalti tan absurdo como doloroso.
El entrenador del Barça también espera a Araujo, pero necesitaría laterales más profundos. En ataque, mientras, no tiene relevos de garantía para Lamine Yamal, Lewandowski y Raphinha. Ferran Torres no progresa, Pau Víctor no es un crack y Ansu Fati es una triste fotocopia del jugador que ilusionaba a la afición barcelonista hace ya cinco años.
El nuevo Messi
Flick, expulsado en Sevilla, necesita aliados. Marc Casadó, un futbolista que no seducía a Xavi, es imprescindible con el técnico alemán, satisfecho también con el rendimiento de Pedri. Otra cosa es Dani Olmo, un jugador con mucha clase, pero lastrado por las lesiones. Más solvente es el Barça en ataque. Lewandowski es sinónimo de gol, Raphinha nunca se rinde y Lamine es un jugador diferente.
Lamine nunca se esconde. Es la nueva estrella del Barça. El nuevo Messi. Contra el Betis levantó el partido tras el penalti transformado por Lo Celso, pero su magia no bastó.
Victoria en Girona
Mucho más consistente es el Real Madrid. El equipo de Ancelotti comenzó la temporada con menos urgencias, destensado, y no reaccionó hasta que el Barça le sacó los colores en el Bernabéu. El 0-4 disparó todas las alarmas en el Bernabéu. Curiosamente, no tuvo el efecto devastador que muchos auguraban, ni tampoco fue el punto de inflexión que quería el equipo azulgrana.
En Girona, el Real Madrid sufrió en los primeros 30 minutos. El Girona tuvo, al menos, tres claras ocasiones de gol. El equipo de Míchel parecía el de la pasada temporada, pero el actual no tiene tanta pegada.
El gol de Bellingham
El actual campeón de Liga resistió las embestidas rojiblancas. Apretó los dientes y desactivó al Girona cuando se adueñó del balón. La pausa fue la primera solución. El segundo remedio fue el gol de Bellingham.
El Girona acusó el golpe. Menguó en la misma medida que creció el Real Madrid, claro dominador del partido en la segunda parte. Güler y Kylian Mbappé sentenciaron el duelo y permitieron que el equipo de Ancelotti pudiera dosificarse con vistas a la Champions. La mala noticia fue la lesión muscular de Bellingham.
Demasiados errores
El sábado pasado, el Barça perdió en Montjuïc contra Las Palmas y el miércoles fue el Real Madrid quien falló en Bilbao (2-1). Los dos grandes no son tan poderosos. El equipo de Ancelotti acusa mucho la ausencia de Toni Kroos y los barcelonistas parecen haber regresado al pasado. Su fútbol ya no es tan trepidante. Flick ya no sorprende con el fuera de juego y el Barcelona no juega a la velocidad que desearía el técnico alemán, el antídoto de Laporta a la crisis azulgrana de la pasada temporada. Su plan, poco a poco, se desvanece.