Xavi Hernández: tarjeta amarilla

Xavi Hernández vuelve a estar tocado. Y casi hundido. El anuncio de su pronta salida del Barça no ha tenido el efecto estimulante y revitalizador que él esperaba. El equipo no aprende de los errores. Y son muchos. Muchísimos para sacar tan pobre aprendizaje. El factor corrector del técnico de Terrassa no funciona.

En otro partido decepcionante, el Barça empató con el Granada y gracias. Gracias a Lamine Yamal, el equipo evitó una derrota que hubiera sido demasiado cruel. El penúltimo clasificado, que solo había marcado ocho goles como visitante, logró tres en Montjuïc y puso en evidencia las carencias defensivas del Barcelona.

Sin argumentos

Xavi, curiosamente, prescindió de Araujo, su mejor defensa, el día que no tenía delanteros (Ferran y Joao Félix, lesionados, Roque sancionado). Quiso darle un descanso, justo ahora que solo se juega un partido por semana... No se entiende nada. El entrenador volvió a errar gravemente en la toma de decisiones. 

Terminado el partido, Xavi no pudo disimular su decepción, pero su discurso fue, otra vez, decepcionante. El técnico de Terrassa se ha quedado sin argumentos para explicar la caída de un Barça que hace un año ganó la Supercopa de España y la Liga. El actual deambula como un alma en pena.