El Inter de Milán jugará, contra todo pronóstico hace unos meses, la final de la Champions League 2022-23. Los neroazzurri, el equipo que acabó con las ilusiones del FC Barcelona en Europa con el desconcertante 3-3 del pasado 12 de octubre en el Camp Nou, ya tiene en sus manos el billete para la final de Estambul del 10 de junio.
El equipo que eliminó al FC Barcelona
El conjunto de Simone Inzaghi ganó claramente la ida en San Siro (0-2) y este martes, en el partido correspondiente a la vuelta de la eliminatoria en el Giuseppe Meazza, los interistas certicaron el pase a la final con un 1-0 tras la solitaria diana de Lautaro Martínez en la segunda parte. Un triunfo más que merecido, al que debe sumarse el demérito y la mala versión del AC Milan.
Este martes, en el once titular del Inter de Milán había nueve de los once futbolistas que iniciaron el choque del Camp Nou. El mismo guardameta, idéntico centro del campo y la misma pareja de ataque que desarboló a la frágil defensa del FC Barcelona aquella fatídica noche de octubre, compuesta por Sergi Roberto, Eric García, Piqué y Marcos Alonso.
Siete meses después de su controvertido empate en Barcelona, el Inter llega a una final totalmente inesperada. Antes de que diera comienzo la presente Champions League, las quinielas le situaban incluso eliminado en fase de grupos en detrimento de Bayern Múnich y FC Barcelona.
El Inter, gran sorpresa de la Champions
Los italianos consiguieron avanzar como segundos de grupo a octavos de final, provocando una injusta eliminación del Barça por la polémica arbitral relacionada con las famosas manos de Dumfries en Milán. Sea como sea, el Inter está en la final con un Lautaro Martínez que atraviesa el mejor momento de su carrera deportiva. Ganador hace unos meses de la Copa del Mundo con Argentina, puede cerrar la temporada 2022-23 conquistando también la Champions.
Sobre el papel el favorito para ganar el torneo será el equipo que salga de la eliminatoria entre Manchester City y Real Madrid. Sin embargo, ya se sabe que en el fútbol las previsiones no valen prácticamente para nada. Y cuando el balón eche a rodar el próximo 10 de junio, los interistas jugarán con la ilusión de saber que tienen la gloria al alcance de la mano.