El Rayo destapó todas las carencias del Barça. De un Barça poco tensionado, inoperante en ataque y previsible en la construcción. Igual que hace un año, el equipo llega sin gasolina al final de la temporada. Los problemas quedan atenuados por su cómoda renta de 11 puntos respecto al Real Madrid, pero evidencian que el Barcelona necesita grandes cambios. Y el verano se prevé movido, con muchas salidas.
El Barça jugó mal en Vallecas y muchos jugadores quedaron retratados. Demasiados. Empezando por la delantera, donde no se salvó nadie. Si acaso Raphinha, por su actitud y descaro, pero al brasileño no le salió nada. Lo intentó todo, pero se equivocó casi siempre.
Ferran y Lewandowski
Ferran tampoco tuvo un buen día. Fue titular, pero por la banda izquierda aporta muy poco. Sin confianza, no desequilibra y su partido fue muy anodino. El Barça intentará venderlo en verano, pero no será fácil recuperar gran parte del dinero que invirtió hace un año.
Más preocupante si cabe es el estado de forma de Lewandowski. El delantero polaco marcó el único gol del partido, pero es otro futbolista desde el Mundial. No está bien físicamente, aunque se sacrifica por el equipo. Necesita un descanso. O dos. Y a esperar que arranque el próximo curso con mejores sensaciones.
Futuro incierto
En el Barça de la próxima temporada no se sabe si estará o no Ansu Fati. El delantero africano fue, una vez más, suplente y aportó muy poco cuando entró en el campo. Le falta velocidad y desequilibrio. Está triste y se nota en el campo.
Xavi también necesita una mejor versión de Frenkie de Jong y Pedri. Los dos jugadores acaban de salir de una lesión y necesitan más ritmo. Son imprescindibles para que el Barça funcione bien. Menos excusas hay para Gavi, que atraviesa un pequeño bache de juego.
En Vallecas, pocos se salvaron de la quema. Suspendieron incluso futbolistas tan fiables como Araujo y Balde. En cambio, ya parecen habituales las pájaras de Koundé, un defensa que comenzó a un gran nivel y que, poco a poco, parece muy vulnerable. La noche tampoco fue buena para Ter Stegen y, posiblemente, la única nota positiva fue la intensidad que aportó Kessié cuando entró en el campo.