Joan Laporta hará todo lo posible para que Leo Messi vuelva al Barça. El presidente azulgrana considera que el regreso del crack argentino sería el mejor remedio para afrontar el posible tralado a Montjuïc y, sobre todo, para replicar la actual crisis reputacional tras desvelarse los pagos que el club hizo a Enríquez Negreira entre 2001 y 2018. Su regreso, además, sería más fácil en verano que hace un año.
Messi se encontrará un vestuario con muchos cambios si vuelve al Barça. Posiblemente coincidirá con Sergio Busquets y Jordi Alba, sus dos grandes amigos en el club, aunque el primero todavía no ha renovado su contrato.
Molesto con Piqué
El delantero argentino no acabó tan bien con otros futbolistas. Sobre todo, con Gerard Piqué. Messi supo que su compañero le recomendó a Laporta que no renovar su contrato si persistían los problemas del club con el Fair Play Financiero.
Piqué, públicamente, insiste en que Messi es el mejor futbolista de la historia del Barça, pero no quiso abordar su relación actual con su antiguo compañero en una entrevista que concedió a Rac1.
Messi tampoco acabó bien con Ansu Fati. El delantero africano estuvo representado por la familia Messi, pero rompió su vinculación y actualmente tiene a Jorge Mendes como agente. Y su futuro es cada día más incierto. El futbolista no está cómodo en el Barça y su padre, Bori Fati, se despachó a gusto contra Xavi.
Descartado Bernardo Silva
Ter Stegen y Dembelé tampoco tenían una gran sintonía con Messi, pero el actual jugador del PSG no tiene cuentas pendientes con ellos. Leo no tendría ningún problema con ellos. Ni tampoco con Lewandowski, deseoso de jugar al lado de Messi en el Barcelona.
Xavi quiere a Messi como enganche entre el centro del campo y la delantera. Necesita un futbolista que rompa líneas, que conecte mejor con Lewandowski y estaría encantado con el regreso de Leo. Si finalmente es factible, el Barça se olvidará de Bernardo Silva, mediapunta del Manchester City.