El fútbol uruguayo siempre está en la constante producción de nuevos talentos. A pesar de ser un país de una baja cantidad de habitantes --casi tres millones y medio--, las canteras de los respectivos equipos están plagadas de jugadores con el potencial de recalar en la élite europea. El FC Barcelona se mantiene atento de una de esas nuevas promesas, tras haber acertado de forma notable con la incorporación de Ronald Araujo hace cinco años.
De acuerdo a la información proporcionada por Gerard Romero, el Barça tiene controlado a Fabricio Díaz, centrocampista de 20 años del Liverpool FC Montevideo. La joven perla uruguaya ha logrado atraer la atención de la entidad azulgrana, sobre todo por su espectacular rendimiento con la selección sub-20 en el Sudamericano de la categoría disputado hace pocas semanas. Su presencia ayudó a que su equipo pudiera firmar la clasificación al Mundial de Indonesia.
Es descrito como un futbolista de mucho carácter y personalidad, además de tener un gran criterio con el balón. Entre sus principales virtudes es la llegada desde segunda línea y un potente disparo. Por ahora su valor de mercado, según Transfermarkt, es de cinco millones de euros. El Barça pretende mantenerse lo más cerca posible antes de lanzar una oferta definitiva de cara al mercado de verano.
El valor añadido de Fabricio
Otro aspecto que también podría acercar el fichaje del centrocampista charrúa al club azulgrana es que cuenta con la nacionalidad italiano. Al tener pasaporte europeo no ocuparía una plaza de extracomunitario en la plantilla, por lo que supone un problema menos para la directiva de Joan Laporta. Su posible incorporación se daría pensando en el filial antes de dar el salto al primer equipo, aunque todo dependerá de los contactos que se produzcan en las siguientes semanas.
El FC Barcelona quiere seguir confiando en la apuesta por el joven talento, tras haber acertado en los fichajes de Ronald Araujo y Pedri, quienes actualmente son piezas indiscutibles en el elenco culé. La delicada situación económica también motiva a la dirigencia a realizar operaciones de este tipo, debido a que existen menos riegos en caso de una mala adaptación del jugador.