El FC Barcelona ha dejado pasar una oportunidad única para dar un golpe en la Liga. El pinchazo del Real Madrid en el derbi de la capital dejaba a los azulgranas con el gran escenario de aumentar su ventaja en la punta de la competición, pero no fueron capaces de superar a la UD Almería (1-0) en su feudo. Las rotaciones de Xavi --sin la defensa de gala-- y el bloqueo mental tras la eliminación en la Europa League fueron claves en el transcurso del compromiso. El resultado final fue un equipo totalmente deprimido y con pocas ideas en ataque.
Se trata de un balde de agua fría para el elenco catalán. No solo por el hecho de verse reducida ligeramente su ventaja sobre el segundo lugar de la Liga --ahora a siete puntos--, sino también porque el Barça llegará a las semifinales (jueves 2 de marzo) de la Copa del Rey contra el Real Madrid con unas sensaciones negativas. Sin dejar de lado que también desaprovechan la posibilidad de quitarse el mal sabor de boca de la derrota contra el Manchester United. Es un momento bastante complicado en lo emocional que deberá gestionar el cuerpo técnico de Xavi.
El Barça, sin su defensa de gala
La decisión del entrenador egarense de dar descanso a gran parte de su defensa de gala fue condicionante en la primera parte del partido. Araujo, Balde y Koundé estuvieron en el banquillo, por lo que solamente Christensen salió desde el comienzo. Curiosamente el danés fue el que protagonizó la jugada del gol de El Bilal Touré, debido a que fue superado con mucha facilidad por el atacante rival. Aunque también hay que decir que ninguno de sus compañeros estuvo al tanto para la cobertura.
Los dos puntas del Almería, El Bilal y Luis Suárez, causaron mucho caos a la primera línea del Barça. Su explosividad para atacar en transiciones y en juego directo dejó claro que el conjunto azulgrana no está en condiciones de prescindir de la mayoría de la defensa de gala. Un hecho que complicó el desarrollo del partido, debido a la poca seguridad sin balón que transmitieron los jugadores.
Nulas ideas en ataque
Xavi intentó agitar el árbol con el ingreso de Raphinha, además de la incorporación de Araujo y Alonso para la defensa. Pero el juego del Barça se mantuvo en la misma línea: muy pobre. El equipo se vio bastante frustrado al momento de gestionar la circulación de balón, cayendo en la mayoría de las veces en la necesidad de cerrar la jugada con un centro que no terminaba en peligro. Sin Pedri, el fútbol ofensivo del FC Barcelona decae de forma abismal.
El síntoma que mejor explicaba las nulas ideas del Barça en ataque fue que el primer remate a portería se dio en el minuto 81. Los centros a Araujo sirvieron para generar algo de tensión en la defensa contraria, pero no hubo precisión en la finalización y en la ejecución de los envíos largos. Una tarde totalmente frustrante para los jugadores azulgranas, que ahora deberán enfocarse en el clásico de la Copa del Rey.