Europa es una tortura. Ya sea la Champions o la Europa League. En Old Trafford, el Teatro de los Sueños, el Barça se reencontró con su pesadilla y fue eliminado por un Manchester United más intenso. Tras una primera parte muy meritoria, el equipo de Xavi encogió tras el descanso. La suya no fue una eliminación humillante pero sí dolorosa. En Europa todavía se espera que vuelva el mejor Barça. Sí está de vuelta el United, un equipo que dominó Inglaterra y Europa no hace tanto, y que parece estabilizarse con Ten Haag.
La venganza inglesa
El Manchester United le tenía muchas ganas al Barça tras las dos finales de la Champions que perdió en 2009 y 2011. Poco, casi nada, queda de los equipos que lideraban Alex Ferguson y Guardiola. En Old Trafford parecen salir ya de la crisis. También en el Camp Nou, aunque el grupo azulgrana tendrá la máxima presión por ganar la Liga. Europa todavía es un sueño imposible.
El Manchester United y Old Trafford exigían un Barça atrevido y solvente a partes iguales, y Xavi se la jugó con cuatro centrocampistas para tener más control y equilibrio. Rescatado Sergio Busquets para la causa, el técnico se encomendó a Kessié y Sergi Roberto para suplir a Pedri y Gavi. Las comparaciones eran odiosas, pero el técnico utiliza las mejores piezas disponibles. El modelo ya no se discute, al menos en las grandes citas.
Bruno Fernandes, protagonista
El partido comenzó desbocado, con un ritmo trepidante, con un Barça dominador, un United presionando muy arriba y Ter Stegen frustrando un remate de Bruno Fernandes cuando Old Trafford ya cantaba el primer gol.
Perdonó Bruno Fernandes en la portería del Barça y se equivocó en la de De Gea al cometer un absurdo penalti a Balde que, con mucho suspense, anotó Lewandowski. El gol premió la ambición del equipo azulgrana simbolizada por un Kessié omnipresente, nada que ver con el futbolista desubicado del año pasado.
Barça muy aplicado
El Barça, de menos a más, desactivó las embestidas del United con mucha posesión del balón, intenso y aplicado cuando lo perdía, y alejándose del área de Ter Stegen. El equipo inglés, en cambio, se fue apagando y tuvo un prolongado apagón en los últimos minutos del primer acto. Un error de De Gea pudo ser su sentencia, pero a Sergi Roberto le faltó tino.
El primer acto se jugó como quiso Xavi y Ten Hag intentó darle una vuelta de rosca a su equipo en el segundo acto. Antony entró por Weghorts y el United sacó petróleo de un error de Kessié al culminar Fred una precisa asistencia de Bruno Fernandes, eterno protagonista para bien y para mal de su equipo.
Old Trafford ruge
El gol de Fred fue un duro castigo para un Barça que había sido mejor pero que se destensó en el descanso. El Manchester United, impotente hasta entonces, se creció y Old Trafford rugió como en las grandes noches.
Sufrió el Barça en el primer cuarto de hora y reaccionó gracias a las internadas de Balde por la banda izquierda. En una de sus incorporaciones Koundé puso en aprietos a De Gea, pero al Barça le faltó continuidad y, sobre todo, desborde. Raphinha no tuvo su día, como tampoco estuvieron inspirados Sancho y Rashford en elequipo inglés.
Cambio arriesgado
Con el partido abierto y 20 minutos por disputar, Xavi fue osado al dar entrada a Ferran Torres por Sergi Roberto. Quería que el partido se jugara en el campo del United, pero fue el United quien marcó de nuevo con un remate cruzado de Antony que superó a Ter Stegen.
El gol dejó muy tocado al Barça y Xavi movió otra vez el banquillo con un cambio más lógico. Raphinha fue sustituido por Ansu Fati, que se colocó más cerca de Lewandowski y cedió la banda izquierda a Balde. Pintaban bastos y el equipo azulgrana necesitaba una gesta, un gol milagroso que evitara otro fiasco europeo, pero el Barça no halló soluciones y murió desangrado. Impotente.