El Barça necesitaba un cambio radical y en verano fichó a siete futbolistas y dio de baja a 20 jugadores. Héctor Bellerín ya ha sido traspasado al Sporting de Portugal y Marcos Alonso se ha convertido en un actor muy secundario, aunque Xavi Hernández está encantado con su polivalencia. En cambio, las otras incorporaciones ya justifican la inversión que hizo el club, satisfecho con el rendimiento de Lewandowski, Koundé, Christensen, Raphinha y Kessié.
El presidente, Joan Laporta, el director de fútbol, Mateu Alemany, y Xavi Hernández diseñaron el plan renove hace casi un año. El Barça necesitaba una sacudida y el club reforzó todas las posiciones menos la portería.
El gran referente en ataque
Lewandowski fue el fichaje estrella del Barça, que pagó 45 millones de euros fijos y otros cinco en variables al Bayern de Múnich. Su rendimiento ha sido inmediato. Ha jugado 27 partidos y ha marcado 23 goles. Desde el primer día fue el gran referente del equipo en ataque.
El otro fichaje estratégico del Barça fue Jules Koundé, una petición personal de Xavi para reforzar la defensa. Al técnico le encanta su sentido de la anticipación y su velocidad. Es central, pero suele jugar como lateral por necesidades del guión.
Otro defensa, Christensen, tardó más tiempo en asentarse en el equipo titular. El danés, que llegó del Chelsea con la carta de libertad, se ha consolidado en el equipo titular gracias a su buena salida del balón y a su buena colocación.
Las lesiones de Dembelé y Busquets
Raphinha fue el fichaje más caro del Barça, que pagó 58 millones de euros fijos y otros siete en variables al Leeds. Comenzó como titular, pero su rendimiento cayó en picado poco antes del Mundial y no ha recuperado su mejor nivel hasta la lesión de Dembelé.
También ha aprovechado su momento Kessié. Cuestionado en los primeros meses, el centrocampista de Costa de Marfil ha sido el sustituto de Busquets en los dos últimos partidos. Contra el Sevilla dio la asistencia a Jordi Alba en el primer gol del Barça y contra el Villarreal aportó músculo e intensidad, y Xavi está encantado con su transformación. Por ello, el Barça no quiso negociar su salida al Inter de Milán en el mercado de invierno.
Hace un año, el Barça se conformaba con clasificarse para la Champions. Ese fue el objetivo que marcó Laporta a Xavi cuando sustituyó a Ronald Koeman. Hoy, el equipo sueña con una temporada casi perfecta y, sobre todo, con una Liga que no puede escaparse tras la inversión del pasado verano.