El Barça de Xavi ha superado, no sin sufrimiento, los tres partidos de sanción de Robert Lewandowski. Tres jornadas que el conjunto culé ha solventado con tres victorias por 1-0. El mismo resultado que se dio en el Civitas Metropolitano se repitió en el Camp Nou frente al Getafe, y valió llevarse los tres puntos en Montilivi. Victorias sin brillo y por la mínima, pero victorias al fin y al cabo.
Esos tres partidos se resolvieron con un gol salvador de Dembelé ante el Atlético y dos de Pedri González frente a Getafe y Girona. Ni rastro de los goles de Ansu Fati y Raphinha cuando más se les necesitaba. Tampoco de Ferran Torres, que jugó unos minutos en el Metropolitano y tampoco fue capaz de ver puerta, poco antes de ser expulsado y recibir dos partidos de castigo.
Sin Lewandowski no hay paraíso
La ausencia del máximo goleador barcelonista ha dejado claro que al Barça le faltan alternativas fiables de cara a puerta. Todo ello, con el hándicap de haber perdido a Dembelé durante un mes. Por suerte se recupera ahora a Ferran y a Lewandowski, pero Xavi Hernández se queda con cuatro delanteros --tras la marcha de Memphis al Atlético-- y tan sólo el polaco es un killer.
El apretado calendario que se avecina preocupa a Xavi, y no es para menos. El FC Barcelona se está mostrando como un auténtico muro en defensa, y eso está cimentando sus triunfos. No obstante, le falta ser más contundente en ataque y parece que todo depende de la inspiración de Lewandowski y sus centrocampistas creativos, con un Pedri González cada vez más peligroso en los aledaños del área.
El drama de Ansu Fati y Raphinha
Ansu Fati, por ejemplo, no ha protagonizado ni un solo disparo entre los tres palos ante Atlético, Getafe y Girona. 228 minutos en los que sólo intentó un regate sin éxito. Raphinha, que está destacando más esta temporada por sus asistencias que por sus goles, al menos dio el pase de gol a Pedri contra el Getafe. Este sábado en Girona, sin embargo, se le volvió a ver perdido en el campo.
Viendo el panorama, se entiende mejor que Xavi, tras la lesión de Dembelé, acabase sin delanteros en Montilivi. Entraron Balde y Kessié por Ansu Fati y Raphinha, respectivamente, para defender el 0-1. No confió en el canterano Ángel Alarcón, y con la boca pequeña sigue pidiendo a la parcela deportiva la llegada de un nuevo atacante. Aunque, de puertas hacia afuera, sostenga la idea de que no necesita a nadie más.