El Barça de Xavi Hernández afronta los cinco meses más decisivos desde que Joan Laporta regresó a la presidencia del FC Barcelona en marzo de 2021. Ambos se juegan el todo por el todo con la consecución de alguno de los cuatro títulos que quedan en juego: Liga, Europa League, Supercopa y Copa. In that order, como diría la famosa pancarta de Gareth Bale, que este lunes anunció su retirada del fútbol, y su idilio con el golf que sirvió para humillar al Real Madrid. Cuantos más títulos, mejor.
Xavi se juega seguir en el banquillo del club de sus amores. La aventura podría terminar si no consigue ningún título, aunque muchos ya se agarran al ejemplo de Mikel Arteta en el Arsenal, actual líder de la Premier en su tercera temporada, pero que tampoco ha ganado nada. Laporta, por su parte, se juega la credibilidad de su proyecto deportivo. Desde que regresó, tan solo ha levantado la Copa de Koeman, herencia de Bartomeu, pero en su primera temporada completa el equipo se quedó a cero.
Gran objetivo: la Liga
En el Barça, ganar títulos no es sinónimo de estabilidad, pero ayuda bastante. También ayudaría jugar al fútbol como los ángeles, pero el actual entrenador no termina de dar con la tecla. El Brasil del recientemente fallecido Pelé, la Naranja Mecánica de Cruyff, el Dream Team o el Barça de Guardiola, del que el propio Xavi formó parte, deben servir como inspiración para recuperar la mejor versión del equipo. ¿Pero qué es más importante, ganar títulos o enamorar al mundo con tu juego? Por el momento, tanto Laporta como Xavi parecen tener clara la prioridad: ganar la Liga.
Conseguir el título de la regularidad será muy complicado este año, a pesar de estar líderes con tres puntos de ventaja. El Real Madrid viene de ganarla dos veces en tres años, es un equipo con más oficio --esta palabra que disgusta a Luis Enrique se puede traducir en experiencia o veteranía-- y se mostró superior al Barça en su último enfrentamiento en el Bernabéu. Pero es el título que más motiva y que mayor ilusión genera por un motivo: es síntoma de estabilidad. Además, es el título que puede garantizar más ingresos. Representa unos 60 millones a repartir en cinco años. Este es uno de los motivos que explican la caída del Barça en ingresos procedentes del repartido televisivo de la LFP.
¿Cómo competir en Europa?
Más complicado, todavía, se antoja el cetro de la Europa League. Una competición de segunda para el Barça, por debajo de la Champions, pero que ya se atragantó a los pupilos de Xavi hace un año ante el Eintracht de Frankfurt. La falta de motivación no se perdona en este tipo de competiciones. La ausencia de delanteros letales, tampoco.
El Barça tiene a Robert Lewandowski, pero ha perdido otra armas ofensivas que tenía el curso pasado como Aubameyang y Luuk de Jong, muy útiles ante partidos estancados. Ansu Fati, Ferran Torres, Dembelé, Raphinha, Memphis y los centrocampistas deberán dar un paso al frente en la faceta goleadora si quieren ayudar a conseguir los 21 millones en que se valora ganar el título.
La Supercopa de Piqué
La Supercopa y la Copa son títulos de los considerados menores. Pero, al fin y al cabo, todo el mundo los celebra cuando se ganan. Inyectan más moral que dinero, pero todo suma y pueden ayudar a salvar el cuello de Xavi o la credibilidad de Laporta. Antiguamente la Copa tenía más interés, importancia y dificultad que la Supercopa. No había color en las comparativas. Hoy en día, la cosa cambia un poco.
La Supercopa actual ha ganado en prestigio porque los cuatro equipos que la disputan siempre son de máximo nivel, y, al menos hasta ahora, siempre la han disputado Barça y Madrid junto a otros dos equipos. Solamente el hecho de ganarla directamente al eterno rival ya le da un plus de interés. Además, garantiza dos millones de euros al ganador, que se sumarían a los 2,8 millones que se llevan tanto el Barça como el Real Madrid solo por participar. Desde que se juega la nueva edición en Arabia Saudí, los azulgranas nunca la han ganado. Salvo Gerard Piqué, quien gana cuatro millones anuales para Kosmos por intermediar en la operación.
La Copa da menos dinero
La Copa también ha ganado en interés con el nuevo formato. El hecho de que los equipos pequeños tengan más opciones de tumbar al grande gracias al factor campo --ahora se juega un solo partido en campo del equipo de ctagoería inferior, mientras que antes se hacía a ida y vuelta, lo que posibilitaba dar más opciones a canteranos en el partido de ida pero complicaba mucho más la gesta a los pequeños-- le da una dimensión mucho más atractiva, como se demostró el pasado miércoles con el Intercity-Barça. A nivel económico, es probablemente la que menos dinero reporte. El campeón se puede llevar entre 1,5 y dos millones de euros.