Máxima tensión en el FC Barcelona con el futuro de Sergio Busquets. Da la sensación de que la junta directiva de Joan Laporta quisiera empujar al centrocampista a salir del club antes de hora. Busquets tiene contrato con el Barça hasta junio de 2023, pero antes del Mundial amenazó con marchar a mitad de temporada.
Las aguas están más calmadas ahora y lo más probable es que Busquets termine su contrato, ya que Xavi lo quiere en la plantilla. Pero desde la cúpula no ven con malos ojos su marcha: tienen a De Jong, Pedri y Gavi para comandar la medular y podrían traer a otros centrocampistas por la mitad de lo que cobra el capitán.
Pensando en la MLS
El futuro de Busquets pasa por la MLS. Ese es el motivo por el que el internacional español se habría planteado salir en enero, siempre y cuando ello no suponga un problema para el Barça. En caso de marchar en invierno, podría comenzar una nueva temporada de cero con el Inter Miami. Si por el contrario se va en junio de 2023, cuando acaba su contrato actual, llegaría a la MLS a mitad de curso.
Sin embargo, el motivo real de la amenaza que emitió el futbolista al club es que estaba cabreado por el trato recibido. A Busquets le molestó que Laporta y Mateu Alemany lo dejasen señalado en la última asamblea de compromisarios, junto a Piqué y Alba. Ello le ocasionó pitos en el Camp Nou y un runrún muy incómodo para un jugador de su categoría.
Tres opciones para Busquets
No le gustaron las sucesivas intentonas para intentar que se rebajase otra vez el sueldo, especialmente teniendo en cuenta los problemas fiscales que se podrían derivar de ello y que ya se le debe una buena suma de aplazamientos anteriores. Además, cuando le hicieron una propuesta de renovación que reordenaba los pagos pendientes con él, el club se negó a ponerle una cláusula de salida unilateral. Busquets quería ser amo de su futuro y poder decir "no quiero seguir" en el momento que creyese más oportuno, igual que ha hecho recientemente su amigo Piqué.
No hubo consenso entre club y jugador, pero todavía puede haberlo. Desde el Barça están abiertos a todo: que se vaya en enero de 2023, que se vaya en junio de 2023 y que se vaya en enero de 2024. Este último supuesto sería la consecuencia de una renovación por seis meses más, de forma que daría un poco más de oxígeno al club para buscarle alternativas.
Neves, la opción Mendes que apoya Laporta
El presidente Laporta tiene bastante claro que Rubén Neves podría ser un buen fichaje para suplirlo. Se trata de un jugador experimentado, titular con los Wolves y la selección de Portugal, que se desempeña en su misma posición de interior. Pero la clave es que lo representa Jorge Mendes.
El mediático agente portugués, amigo personal del presidente Laporta, maneja el futuro de varias jóvenes perlas del Barça como Ansu Fati, Nico, Abde y, sobre todo, Alejandro Balde. Desde el Barça creen que si le hacen el favor de fichar a Neves, Mendes también ayudará al club con la renovación de Balde, un futbolista con mucho potencial y que podría pedir mucho dinero para renovar.
De Jong, intransferible
El que ahora esperan que no se mueva es Frenkie de Jong. Su crecimiento en los últimos meses lo postulan como el principal aspirante a relevar a Busquets en el mediocentro, aunque sea un perfil más físico, ofensivo y menos posicional. Tanto el presidente como el entrenador creen que sería un error dejar escapar a uno de los mejores del mundo en su posición, como es el caso del holandés, al que consideran intransferible.
El principal problema es que salgan las cuentas. La Liga ya ha informado al Barça de que el límite salarial del equipo está ahora en -35 millones. El club debe liberar masa salarial y De Jong tiene mucho más cartel que los demás. Otros jugadores como Franck Kessié y Memphis Depay son los que tienen más números. Pero no se descarta el bombazo anticipado de Busquets o una venta en verano de Ansu Fati.