El FC Barcelona sufrió un duro varapalo el miércoles con la eliminación en Champions League. Es por ello que, este sábado frente al Valencia CF en Mestalla, los de Xavi salieron con el cuchillo entre los dientes para conseguir una victoria balsámica en Liga. Tocaba volver a dar el do de pecho, y el Barça se basó en un golazo de Lewandowski en el descuento para seguir con la persecución liguera a la caza del Real Madrid. En la primera mitad, sin embargo, los culés se quedaron a cero. A pesar de la buena imagen de un Barça que se adueñó del balón y de las ocasiones --principalmente en las botas de Ansu y Lewandowski--, a los culés les faltó precisión y Eric García tuvo que marcharse sustituido por lesión. En el segundo tiempo, el Valencia subió la intensidad y al Barça le costó cada vez más profundizar. Ferran Torres y Raphinha, que entraron de refresco, perdonaron en los últimos minutos una doble oportunidad clarísima ante la portería. Robert Lewandowski, a centro preciso de Raphinha en los últimos minutos, se convirtió en el salvador culé para regalar al Barça tres puntos en Mestalla.
El Barça se adueña del balón
Con la tensión dibujada en el rostro de los culés, sabedores de que necesitaban los tres puntos para recuperar el optimismo, el FC Barcelona saltó al campo con un 4-3-3 y varios cambios en relación a la alineación del último partido. Ter Stegen se mantuvo en la portería, secundado esta vez con Eric García y Koundé como pareja de centrales, Jordi Alba en el lateral izquierdo y Balde a banda cambiada, donde Xavi ya le ha probado en algunas ocasiones. Busquets, Pedri y Frenkie de Jong completaron la sala de máquinas --quedándose Gavi de nuevo en el banquillo--, mientras que Lewandowski se mantuvo en el eje de la delantera con Ousmane Dembelé y Ansu Fati en las bandas. Raphinha, por cuarto partido consecutivo, se quedó fuera del once. Desde el primer minuto, el Barça imprimió una presión alta para forzar pérdidas en la salida de balón, algo que dio resultado en el minuto tres con una recuperación de Pedri. El balón acabó en las botas de un Ansu que, dentro del área, no acertó a la hora de rematar por la acumulación de defensores. Fue, sin embargo, el primer acercamiento blaugrana.
A medida que fueron pasando los minutos, los de Xavi consiguieron hacerse con el control del esférico. Ousmane Dembelé dio un pequeño susto al mostrarse renqueante tras un encontronazo con Gabriel Paulista, aunque por fortuna pudo seguir sin aparentes problemas. El caso es que el Barça empezó a intimidar a los chés en el primer cuarto de hora, y Ansu Fati dispuso de una oportunidad de oro que desperdició ante Mamardashvili. El guardameta local desbarató con la cara un mano a mano con el 10 del Barça, que había tirado un desmarque perfxecto al espacio para recibir un pase medido de Pedri. El primer jarro de agua fría no llegó en forma de gol para el Valencia, sino con la lesión de su Matador. Edinson Cavani tuvo que marcharse lesionado en el minuto 18 por problemas en el tobillo, dejando el puesto a un Marcos André que salió prácticamente sin calentar.
Ansu y Lewan, los más peligrosos
Y si el primer contratiempo ché llegó en forma de lesión, el segundo bien podría haber sido un gol del Barça que no subió al marcador por un ajustado fuera de juego. Un balón filtrado al área, que no logró controlar Lewandowski, acabó en las botas de un Ansu Fati que definió de primeras, colocando la pelota en el fondo de las mallas. Tras unos instantes de duda, el colegiado De Burgos Bengoetxea anuló el tanto por posición antirreglamentaria. El conjunto culé siguió atacando durante los minutos posteriores, habiéndose adueñado del balón y con el control absoluto del partido. Al filo de la media hora, Frenkie de Jong probó fortuna desde fuera del área con un disparo que se marchó desviado, y que no gustó nada a un Jordi Alba que le pedía el balón en la banda izquierda. En todo caso, el Barça fue encerrando poco a poco al Valencia al borde de su propia área, cediendo metros ante un equipo, el de Xavi, con las ideas claras.
Si el Barça no se adelantó en los primeros 45 minutos, fue por cuestión de detalles. Lewandowski estuvo a punto de cazar un pase de la muerte de Ansu, merced a un pase en largo previo de Ter Stegen. José Luis Gayá metió la punta de la bota para desviar a córner, y los blaugrana siguieron asediando hasta el descanso la portería ché. Un remate desviado de Koundé, otro disparo de Ansu que se marchó demasiado escorado a la izquierda... El Barça estuvo sólido atrás y muy cómodo con el balón, pero le faltó tener más precisión en el último pase y en la definición. El poste evitó un golazo de Robert Lewandowski, que remató un centro preciso de Jordi Alba. El marcador no se movió, sin embargo, y antes de la media parte Éric García dejó su puesto a Marcos Alonso por problemas físicos, sumándose el central español a los integrantes de la enfermería culé.
El Valencia sube la intensidad
El segundo acto comenzó con la misma dinámica que la primera. El Barça dominando y atacando, aunque el Valencia necesitó una sola desconexión culé para dar el primer susto. Un centro en profundidad de Foulquier, desde la banda derecha, acabó en gol provisional de Justin Kluivert. Provisional, porque acabó siendo anulado por una clarísima mano de Marcos André, quien desvió el balón a propósito en el interior del área culé. La diana no subió al marcador, pero sirvió para dar un toque de atención a un Barça que no podía confiarse ni un segundo. Tras un nuevo acercamiento de los locales a la portería de Ter Stegen, llegó una ocasión clarísima para el atacante más activo del FC Barcelona: Ansu Fati.
Frenkie de Jong le cedió un envío profundo para que el joven delantero español, en carrera, soltara un disparo potente pero falto de puntería. Xavi Hernández se lamentaba en el banquillo, y decidió introducir dos cambios sobre el césped. Entraron Ferran Torres --que recibió una sonora pitada-- y Gavi por Dembelé y Busquets, con el objetivo de dinamizar aún más el medio campo y la delantera. El propio Ferran protagonizó una buena diagonal y acción individual, con un tiro que le salió mordido, para seguir mateniendo alerta a la defensa ché. Al Barça, en cualquier caso, le costó algo más generar ocasiones claras de gol que en la primera mitad, ante un Valencia que subió claramente la intensidad en todas las líneas.
Lewandowski acude al rescate
Los culés ni siquiera supieron aprovechar pérdidas de balón de los chés en los aledaños de su propia área, y a medida que pasaron los minutos les entraron las prisas. En el minuto 68, un gran pase de Pedri estuvo a punto de ser aprovechado por Gavi, que no llegó a tiempo para definir ante la portería por culpa del rápido cruce de Gayá. Apenas unos segundos después, Gerard Piqué se vio obligado a entrar de urgencia en el campo por la fatídica lesión de Jules Koundé, que se marchó roto a nivel muscular. Cada vez se nota más el desgaste físico a causa del apretado calendario, y el Barça lo está pagando.
El caso es que el tiempo fue pasando y los de Xavi Hernández, lejos de profundizar en el juego y crear aún más ocasiones de gol, se fueron apagando y cediendo ante el desorden y la necesidad. El Valencia de Gattuso se creció al ver el final del encuentro cada vez más cerca, aunque los culés supieron mantener la cabeza fría para conseguir el gol que les diese los tres puntos. Estuvieron a punto de lograrlo mediante una doble oportunidad clarísima en la que ni Ferran Torres ni Raphinha, con dos fallos clamorosos ante la portería, acertaron a la hora de conectar con el balón. Por fortuna, aún quedó tiempo para que Robert Lewandowski, con la puntera de la bota en un remate acrobático, lograse el triunfo en Mestalla a centro preciso de Raphinha. La crisis de resultados, que parecía trasladarse a la Liga, finalmente se resolvió con un triunfo agónico que llena de moral a la parroquia culé.