La confianza del técnico del FC Barcelona, Xavi Hernández, en Ousmane Dembelé ha alcanzado cotas extremas. Los partidos transcurren, y la situación del club azulgrana en la Champions League roza el desastre. Pero ahí sigue el extremo francés como uno de los más usados por el entrenador del Barça a pesar de encadenar varias discretas actuaciones. Las oportunidades de Xavi a el mosquito son ilimitadas.
Frente al Inter de Milán volvió a aparecer el Dembelé capaz de todo; de lo mejor, y de lo peor. El atacante internacional con Francia pecó de precipitación en varias acciones ofensivas que precisaban de más calma. Los partidos del extremo titular bajo las órdenes de Xavi se convierten en una marea de emociones. No deja indiferente a nadie.
Un jugador imprevisible
Para Xavi, la presencia de Dembelé en el once todavía cobra una importancia vital. El técnico azulgrana alabó una vez más a su gran predilección en el primer equipo en respuesta a Culemanía después del empate contra el Inter: "A Ousmane le cuesta más decidir, aun así tiene la capacidad de marcar diferencias. Hoy lo ha hecho con un gol y ha traído de cabeza a su lateral. Tengo mucha confianza en Ousmane porque es diferencial. Y muchas veces elige mal, está claro, pero es un tema de abrir el campo, de tener un uno contra uno. No solo atacar por dentro sino que también por fuera, nos da mucha profundidad. Es rápido, tiene los dos perfiles..., entonces tengo confianza en él".
La imprevisión define a Ousmane mejor que ninguna otra palabra. Como futbolista impredecible, ni los rivales, ni el espectador, ni Xavi saben cuál será su próximo movimiento. Por ello, el barcelonismo presenció en una misma jugada un caño y una pérdida de Dembelé. O bien las clásicas carreras en transiciones ofensivas que terminan con una mala elección. De hecho, una pérdida de balón de un Dembelé impetuoso desembocó en una bronca de Pedri y en el tercer gol del Inter, fulminante
Mala capacidad de decisión
A lo largo de los 180 minutos de partidos entre Inter y Barça, Dembelé desperdició decenas de balones con centros a ninguna parte y un cúmulo de imprecisiones. Con esto, durante el último encuentro, intercaló sus erradas en el uno contra uno con buenas irrupciones. En cualquier caso, es un futbolista voluntarioso y comprometido como el que más desde su renovación por el club azulgrana el pasado verano.
El mosquito encara a un ritmo vertiginoso dada su prodigiosa cualidad de desborde. No obstante, en muchas ocasiones opta por una decisión errónea. O bien se empacha de balón, o no atina con el último pase y diluye la jugada. Su determinación a veces llega a buen puerto, como su irrupción desde atrás para abrir la lata frente al Inter. Pero Xavi tiene una fe demasiado ciega en Dembelé tras unas últimas actuaciones más dubitativas. En tanto, Ansu Fati espera la