El Barça ha cambiado la cara del equipo con siete fichajes, algunos de primer nivel. Sin embargo, el club sigue sin resolver un problema enquistado: el lateral derecho. El fichaje de Héctor Bellerín es un parche para Xavi, que buscaba un jugador más físico. Mateu Alemany, el director de fútbol, no pudo satisfacerle con sus prioridades.
Xavi insistió en los últimos meses que quería a César Azpilicueta para la banda derecha. Era su opción. Casi, una obsesión para él. Y el Barça parecía tener atado al lateral navarro, que se cansó de esperar y renovó su contrato con el Chelsea.
Marcos Alonso entre en escena
La decisión de Azpilicueta fue un duro golpe para Xavi y para Alemany. Con problemas para cumplir el Fair Play Financiero que retrasaron la inscripción de Koundé, el Barça no tenía mucho margen para fichar a un lateral derecho. Y mucho menos por el acuerdo que tenía con Marcos Alonso para reforzar la banda izquierda.
Xavi, preocupado, admitió públicamente hace dos semanas que su prioridad pasaba por fichar a un lateral derecho. Con la eclosión de Balde, la banda izquierda no estaba tan mal.
Foyth, muy caro
El Barça activó entonces las negociaciones con el Villarreal para fichar a Foyth, pero el club castellonse se remitió a la cláusula de rescisión del defensa argentino: 42 millones de euros.
El plan B entonces era Meunier, del Borussia Dortmund, un lateral de 1,90 metros, corpulento, fuerte. El Barça intentó un trueque con Dest que rechazó el club alemán, que quería cobrar entre 15 y 20 millones de euros por el jugador belga.
La tercera opción, y mucho más económica, era Héctor Bellerín, que tenía luz verde para rescindir su contrato con el Arsenal. El problema es que no es un jugador del agrado de Xavi. Es muy ofensivo, pero en defensa no es expeditivo. Se parece mucho a Dest, quien ha acabado saliendo cedido al Milan. Y las dudas en la banda derecha persisten. Es la eterna asignatura pendiente.