Festival de goles en la fiesta del Trofeo Joan Gamper. Pumas de México fue un muñeco de trapo en manos de un FC Barcelona que, ya en los primeros veinte minutos de juego, había sido capaz de sentenciar el choque con cuatro goles de bella factura. Un doblete de Pedri González --con otro par de asistencias de Robert Lewandowski--, además del estreno goleador del polaco y otro gol de Dembelé, sirvieron para dejar clara la motivación de los jugadores culés a falta de una semana para iniciar la competición de Liga. En el segundo tiempo, Xavi cambió radicalmente el once para seguir rodando a todos los futbolistas. Aubameyang no tardó en colocar el quinto tanto en el electrónico, y jugadores como Piqué y Memphis también tuvieron ocasiones. El marcador sólo se movió una vez más, con la diana de Frenkie de Jong. 6-0, pero más allá del resultado, primaron las sensaciones. Este Barça ya ilusiona a todos los barcelonistas.
El de Terrassa aprovechó el último partido de pretemporada para introducir, desde el principio, una alineación que bien podría salir de inicio contra el Rayo Vallecano en unos días. Balde fue el único nombre que sorprendió, en una defensa junto a Sergi Roberto, Araujo y Eric García. Con Ter Stegen en la portería y una medular formada por Busquets, Pedri y Gavi, la delantera hizo las delicias de la afición culé con la presencia de Lewandowski, Raphinha y Dembelé. Los tres atacantes estuvieron muy enchufados durante la primera mitad, y fueron una auténtica pesadilla para la defensa mexicana. Alternaron posiciones, ofrecieron una gran movilidad y dejaron lujos de todo tipo entre el griterío ensordecedor de la afición.
Lewandowski y Pedri, sociedad limitada
Dos minutos necesitó Lewandowski para estrenarse en el Camp Nou. Pedri filtró una asistencia al espacio, el polaco recortó ante el portero y, cuando parecía que se había quedado sin ángulo, se sacó de la chistera un disparo esquinado que fue directo al fondo de las mallas. Primera ocasión, primer gol. Y apenas tuvo tiempo de celebrarlo la afición culé, porque al minuto siguiente ya había llegado el segundo. En esta ocasión Pedri y Lewandowski, que ya están forjando una sociedad de oro, se cambiaron los papeles. El nueve azulgrana asistió al canario, que regateó al portero y, con toda la calma del mundo, marcó a placer. 2-0 en menos de cinco minutos, y la sensación de que la avalancha culé acababa de empezar.
Así fue, porque justo antes del minuto 10 el que se unió a la fiesta fue Dembelé. Pase de Raphinha para dejar frente a la portería al francés, que no falló. El Mosquito fusiló por debajo de las piernas al arquero rival tras haber cambiado de banda, previamente, con el brasileño. Antes de llegar a los veinte minutos de juego, Pedri volvió a ver puerta gracias a otro pase filtrado de Lewandowski. Esta vez, al primer toque y de espaldas. La afición culé enloqueció con el pase del polaco y la tranquilidad del canario, que regateó a un defensa y luego definió con un disparo raso y colocado, inalcanzable para el guardameta. Cuatro goles en menos de media hora, que habrían sido cinco si Raphinha y Lewan no hubiesen estrellado dos disparos consecutivos a la madera.
Aubameyang y Kessié, conexión africana
El FC Barcelona, en cualquier caso, se lo tomó con algo más de calma en el último cuarto de hora de la primera mitad. Siguieron dándose ocasiones y acercamientos, pero no con tanta frecuencia. Pumas se ordenó un poco más en defensa y hasta se acercó a la portería de Ter Stegen de forma puntual. El marcador ya no se movió hasta el final del primer acto, cuando Xavi decidió oxigenar las piernas de los suyos. No pudo salir a escena Christensen, baja de última hora por culpa de unas molestias cervicales. Pero el técnico culé sí sacó al campo a Iñaki Peña, Jordi Alba, Gerard Piqué, Kessié, Nico, Frenkie de Jong, Ansu Fati y Aubameyang. Y este último no tardó casi nada en marcar el quinto gol del partido.
Frenkie de Jong rompió líneas con su visión de juego, contactó con Lewandowski y éste vio a la perfección la incorporación por banda izquierda de Kessié. Le puso un balón medido y el marfileño, de primeras, regaló un pase de la muerte a Auba para que siguiera ampliando las diferencias en el electrónico. Unos minutos después, otra conducción vertiginosa de Frenkie a punto estuvo de generar el sexto gol, aunque esta vez faltó precisión al gabonés en el último pase. Sea como sea, el Barça se continuó divirtiendo sobre el césped y, por supuesto, también una afición entregada. Mención especial a los buenos minutos de De Jong, quien pese a los rumores de traspaso desempeñó sus funciones a un gran nivel.
Más de 83.000 almas entregadas al Barça
Llegó el minuto 60, y Xavi cambió a los jugadores que aún seguían en el campo desde el primer tiempo. Debutó Jules Koundé con una gran ovación, y entró también un jugador en la casilla de salida como es Memphis Depay. Quien se llevó la gran ovación de la noche fue Dani Alves, que fue sustituido y, tras abandonar el terreno de juego, saludó uno por uno a todos los componentes del banquillo azulgrana. Los minutos posteriores fueron algo más calmados, con un Barça que bajó claramente el ritmo con el encuentro sentenciado. A través del videomarcador del Camp Nou, pudo verse la cifra de asistentes al partido: nada menos que 83.021 espectadores, una cifra altísima que muestra las esperanzas depositadas en este nuevo Barça.
Pasaron los minutos y, aparte de dos intentos de espuela de Memphis y Piqué, la gran ocasión del FC Barcelona fue un disparo al travesaño de Aubameyang. Nuevamente, por cierto, a pase de Kessié aunque esta vez desde la otra banda, la derecha. El centrocampista africano se movió por todo el campo como un todo-terreno, y sus llegadas desde segunda línea generaron más espacios para los delanteros culés. El marcador volvió a moverse con la diana postrera de Frenkie de Jong, que se quedó solo ante el portero y definió a la perfección. La afición aprovechó para improvisar cánticos, corear su nombre y después cantar el himno del Barça. Antes del gol, los asistentes habían encendido las linternas de los móviles, dejando una imagen de gran belleza. La comunión ya se siente entre el barcelonismo. La ilusión, también. Este equipo, el de Xavi, promete dar grandes alegrías esta temporada 2022-23.