Gerard Piqué ha pasado de ser un jugador muy querido y aplaudido por la afición a estar bajo sospecha y ser cuestionado por su disoluta vida privada. Su sueldo, de 28 millones de euros fijos, el más alto de la plantilla, también le pone en el punto de mira de muchos hinchas. Preocupado por su actual impopularidad, el defensa se ha marcado el reto de recuperarse de su lesión, rescatar su nivel de juego y emular a Carles Puyol, rebajándose su salario y, tal vez, renunciando al último año de contrato.
Piqué, con contrato hasta junio de 2024, tuvo una reunión con Xavi en la que el técnico azulgrana le comunicó que dejaría de ser una pieza imprescindible para él. Le criticó que fuera noticia por asuntos extradeportivos, que no estuviera centrado en el Barça y que su rendimiento había caído por culpa de su lesión en los aductores.
La promesa de Piqué
El defensa del Barça le prometió que se centraría en el equipo, que se desmarcaría de sus negocios, que llevaría una vida ordenada y le retó a fichar al mejor central del mundo. "Será suplente", le comentó Piqué a Xavi.
Piqué, de momento, acude cada día a las 9.00 horas a la Ciutat Esportiva Joan Gamper para proseguir su recuperación. Su idea es empezar la temporada a un buen nivel.
El eterno referente
Paralelamente, el presidente del Barça, Joan Laporta, espera que acepte una rebaja de su salario. Quiere el máximo dirigente que sea el primero en dar ejemplo. Más allá del salario firmado, el club todavía le adeuda unas cantidades diferidas.
Piqué, de momento, busca una reacción inmediata. Quiere ser titular la próxima temporada y, tal vez, podría renunciar a su último año de contrato si no se encuentra en buenas condiciones físicas. Este gesto lo tuvo Carles Puyol, eterno referente para Piqué en el Barça. Dentro de un año, podría seguir su ejemplo. El barcelonismo se lo agradecería.