Cualquiera diría que jugar en el Barça es una suerte. Una bendición para quien ha soñado con ser futbolista desde niño. Dicha afirmación, sin embargo, es una verdad a medias. Porque el factor suerte es mínimo cuando se logra llegar tan lejos en el mundo del deporte, y lo que realmente cuenta es más bien aprovechar las oportunidades cuando surgen. Coger aquellos trenes que, a base de esfuerzo y talento, pueden llevar al destino ansiado.
Este domingo, en el Coliseum Alfonso Pérez, Xavi Hernández se vio obligado a colocar sobre el césped a seis jugadores que, de una forma u otra, se la jugaban. Las ausencias por lesión o sanción provocaron que Mingueza, Riqui Puig, Balde, Clément Lenglet, Dani Alves y Memphis Depay fuesen titulares frente al Getafe. De los dos últimos no sorprende tanto, dado que están siendo habituales en las alineaciones por distintos motivos. Pero el brasileño y el holandés, igual que los cuatro primeros, tenían por delante una prueba de fuego que no aprovecharon para seguir viviendo el sueño de jugar en el Barça.
Mingueza y Balde, discretos cumplidores
Mingueza y Balde, dos de los más jóvenes, fueron quienes menos desentonaron. Ambos canteranos son transferibles para el FC Barcelona este verano, y si no llegan buenas ofertas lo más probable es que se marchen cedidos para foguearse en clubes de la Liga o el extranjero. El de Santa Perpetua de Mogoda cumplió manteniendo a raya a Enes Ünal y al resto de delanteros azulones, además de realizar coberturas para ayudar a un Lenglet que, como de costumbre, anduvo perdido sobre el césped. En cuanto a Balde, relevó a Jordi Alba resolviendo la papeleta en los pocos retos defensivos que le propuso el Getafe, aunque en ataque perdió balones y se mostró poco incisivo, siempre escogiendo la opción más conservadora.
Su actuación, si bien es cierto que tuvo más luces que sombras, no destacó lo suficiente como para que su status quo dentro de la plantilla cambie lo más mínimo. Serán carne de traspaso o de cesión, a no ser que las necesidades económicas obliguen a Xavi a prescindir de otros efectivos con más cartel en el mercado y quedarse con los canteranos para cubrir determinadas posiciones.
La horizontalidad de Riqui Puig
Parecido es el caso de Riqui Puig. El de Matadepera llevó por momentos la batuta en la sala de máquinas y falló pocos pases, principalmente por tratarse de asociaciones cercanas y con poco riesgo. Una de sus mayores cualidades es la verticalidad y capacidad para romper líneas, pero esta vez se mostró demasiado horizontal y conservador, además de impreciso cuando intentó conectar en profundidad con sus compañeros de ataque. Si todo marcha según lo esperado, el Barça intentará hacer caja con él este verano o, de lo contrario, le enviará a otro club en calidad de cedido. La presencia en plantilla de Busquets, Gavi, Pedri, Nico y el recién fichado Kessié --aunque aún no es oficial-- le dejarán sin protagonismo un año más.
¿Es Alves un lateral para el Barça?
En cuanto a Dani Alves, se mantuvo en su línea. Actuación plana para cumplir expediente, pero sin destacar especialmente ni en defensa ni en ataque. No se puede pretender que sea el mismo Alves de antaño, pero habrá que decidir si esta versión del brasileño es suficiente para renovar por una temporada más. Y, todavía más importante, si puede ser el carrilero diestro titular en partidos de alta exigencia. Dado que no llegarán apenas ofertas por él, lo que deberá meditar el Barça es si ocupa una de las fichas de la plantilla con él o si, por el contrario, le da económicamente para fichar a un lateral de mayores garantías.
Lenglet, con los días contados
Analizando el partido de Lenglet, podría decirse que fue el peor de los seis jugadores en discordia. Estuvo lento en la toma de decisiones, distraído en el marcaje y también impreciso, en ocasiones, cuando intentaba conectar con sus compañeros. Tiene colgado el cartel de transferible y, dado que el Barça seguirá apostando por Araujo, Piqué y Eric García, lo más probable es que se marche si llega una oferta decente. Christensen reforzará aún más la zaga, y tanto Lenglet como Umtiti tienen los días contados. El primero ha dispuesto de varias oportunidades para demostrar el nivel que lució en Sevilla... y las ha quemado.
Memphis, el que tiene mejor cartel
Distinto es el caso de Memphis Depay, que se había ganado a pulso sus minutos en los últimos partidos pero, por desgracia, tuvo que marcharse lesionado en la segunda mitad. El holandés no pudo brillar ante el Getafe, igual que el resto de sus compañeros, pero en los encuentros anteriores se había reivindicado a base de goles. Sobre todo de pólvora, porque en lo que a juego se refiere sigue perdiendo demasiados balones y reteniendo demasiado la pelota.
No se descarta que su creciente número de titularidades consecutivas se deba, también, a la voluntad del Barça de ponerle en el escaparate para que lleguen buenas ofertas. Estuvo a punto de salir en invierno, y todo apunta a que podría hacerlo en verano a no ser que Dembelé no renueve y haga las maletas, cosa que le abriría las puertas de la continuidad. Un Mosquito, por cierto, que no jugó ni un minuto y cuyo futuro está lleno de incertidumbre. ¿Qué pasará con los señalados del Barça este verano? Hasta que no pasen algunas semanas, ni siquiera Mateu Alemany, Laporta y Xavi saben la respuesta.