El grito era habitual en el Camp Nou. A cada gol de Messi o tras alguna acción genial, la afición del Barça coreaba su apellido en el estadio azulgrana. "Meeeessi, Meeeessi", gritaban los barcelonistas. Un año después, el grito favorito es otro. El "Luuk, Luuk, Luuk", por Luuk de Jong, un futbolista muy limitado técnicamente pero generoso en el esfuerzo como casi nadie.
El Barça ha pasado de ser el mejor equipo de España y de Europa a un equipo de segunda fila. No puede competir en la Champions y el Real Madrid ha ganado la Liga con mucha comodidad. Demasiada.
Pocos pitos a Messi
En los últimos años, Messi sostuvo al Barça. El siete veces Balón de Oro escuchó muy pocos pitos en el Camp Nou. Tal vez el día que el Barça perdió la Liga contra el Atlético de Madrid, con el Tata Martino como entrenador. En 2014.
Habitualmente, la afición azulgrana rindió pleitesía Messi, el mejor futbolista de la historia del Barça. Messi era sinónimo de gol, pero también de magia. Era un espectáculo único. Con él, el equipo disimuló muchas carencias.
Los goles salvadores de Luuk
Messi con el Barça lo ganó todo. En total 35 títulos, entre los que destacan 10 Ligas y cuatro Champions. Luuk, en cambio, no ha ganado nada. Llegó como recambio de emergencia de Antoine Griezmann.
La afición del Barça pitó a Luuk en algunos partidos, pero pronto se encariñó con sus goles salvadores. A falta de buen fútbol, los seguidores han premiado su voluntad, reflejo de los duros tiempos que corren en el Camp Nou.