Arabia Saudí está más cerca. El Barça está a un paso de certificar la segunda plaza en la Liga que da acceso a la Supercopa de España tras vencer al Celta en el Camp Nou. A falta de fútbol, el equipo tuvo gol. Xavi, el mismo técnico que reivindica el regreso a las esencias, al fútbol de autor, gestiona un Barça muy resultadista que este martes rentabilizó los goles de Memphis y Aubameyang (dos)
Xavi no fue diplomático en la alineación. Ausentes Sergio Busquets, Pedri y Nico todo apuntaba que Riqui Puig tendría su oportunidad, pero el técnico de Terrassa apostó por Ferran, Dembelé, Aubameyang y Memphis para presionar a un Celta que esta temporada ya ha hecho los deberes. Su curso no ha sido brillante, pero tampoco ha sufrido para seguir en la élite.
Muchas dudas y poco criterio
El Barça, sin Busquets en la sala de máquinas, comenzó con muchas dudas y poco criterio, con errores en el pase y un despiste de Araujo que no supo aprovechar Aspas. En el grupo azulgrana, Ferran fallaba y fallba, el equipo no estaba inspirado y solo Memphis parecía tener las ideas claras.
Espeso, sin ritmo, el Barça no inquietaba al Celta, muy bien posicionado en el campo, cerrando todas las línea de pase barcelonistas. La afición azulgrana se aburría de mala manera y antes de la media hora pitó ya a Ferran Torres.
Despierta Dembelé
El partido pintaba mal. El Barça era un desastre. El equipo jugaba al ralentí, hasta que Dembelé se inventó una jugada maravillosa en la que ridiculizó a Javi Galán, que aspira a vestir la zamarra azulgrana, y centró a Memphis, que batió por bajo a Dituro.
El gol apenas serenó al Barça y el Celta pudo empatar poco después de un remate de Galhardo que rechazó Ter Stegen. A falta de juego, el equipo azulgrana tuvo la efectividad que le faltó en otras citas y Aubameyang, a cinco minutos del descanso, marcó el segundo gol barcelonista.
Entra Riqui Puig
Tras el descanso, Riqui Puig sustituyó a Ferran y el Barça recuperó su dibujo habitual. Aubameyang marcó el tercer gol azulgrana en el cuarto minuto del segundo acto y Aspas marcó para el Celta, acto seguido, tras un error de Ter Stegen.
Con el partido decidido, el árbitro expulsó a Murillo y Araujo dio el susto tras chocar con Gavi y sufrir una aparatosa caída. Fue sustituido por Lenglet, mientras que Ansu Fati entró por Memphis.
Se destensó el Barça, que tenía superioridad numérica, y tuvo suerte que Aspas no tenía su día. Perdonó el Celta y vivió tranquilo el grupo azulgrana, que tiene todos los números para acabar segundo en una Liga que dejó de competir muy pronto. Demasiado.