Xavi Hernández pidió "paciencia" a la afición para construir un nuevo Barça. El técnico de Terrassa sabe que el equipo es mucho más frágil sin el astro argentino, capaz de resolver un mal partido, y hay una estadística que es especialmente cruel con la realidad actual. El Barça todavía no ha marcado un gol de falta directa.
Messi soluciona muchos problemas. Con su clase, podía decidir un partido en una jugada aislada. O en una acción a balón parado. Sin Messi y sin Griezmann, en cambio, el Barça es un equipo mucho más frágil, con menos recursos ofensivos.
Fragilidad ofensiva
La fragilidad ofensiva del Barça es evidente. Las estadísticas no engañan. El equipo azulgrana solo ha marcado 61 goles en 33 partidos. Y ninguno de falta directa. El Barça, en cambio, suma ya 16 goles de cabeza en la Liga. Es el máximo goleador.
El Barça, hoy, es más Luuk de Jong que Messi. Con menos calidad, abusa de los centros al área. Luuk ha sido la solución de emergencia en muchos partidos y Aubameyang, que suma nueve goles y una asistencia en 12 partidos de Liga, ha sido el gran fichaje en el mercado de invierno.
Más directo y vertical
Xavi admite que el Barça ha cambiado su estilo. Ya no elaborada tanto. Es más directo y vertical. También quiere un equipo más físico, que presione muy arriba. Los tiempos han cambiado y el equipo azulgrana intenta compensar sus carencias.
En los últimos cinco partidos de Liga, el Barça espera mejorar su efectividad. Necesita gol. La segunda plaza es el gran objetivo de un equipo muy irregular en los últimos meses. Capaz de lo mejor y, sobre todo, de lo peor.