Que el Barça no es el mismo desde el último parón de selecciones no es una sensación, sino una realidad. Los de Xavi dieron un baño histórico al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, se marcharon unos días y todavía no han vuelto. Se ganó por la mínima a Sevilla, Levante y Real Sociedad, pero las últimas tres derrotas consecutivas en el Camp Nou (algo que nunca había sucedido) ponen de manifiesto que el equipo está acabando la temporada 2021-22 muy justito física y mentalmente. Y lo que es peor: con los ánimos por los suelos.
Jordi Cruyff aseguró hace unos días que, de los malos partidos, se pueden extraer conclusiones positivas sobre los cambios que deben hacerse para mejorar la situación. Pues bien, en eso justamente ha empezado a trabajar ya la dirección deportiva de Mateu Alemany, con el afán de mejorar con creces la plantilla este próximo verano, en el mercado de fichajes, y permitir a Xavi la gestión de un grupo más competitivo y equilibrado. Podría parecer que no, pero los deberes son muchos y comportan tanto entradas como salidas. De hecho, en algunos casos ambos ámbitos están condicionados.
Sigue faltando pólvora en ataque
La falta de gol parecía haberse solucionado con la llegada en enero de Ferran Torres y Aubameyang, sobre todo, y de Adama Traoré en segundo plano. Los dos primeros sí han ido anotando con asiduidad, pero en los últimos partidos todo el equipo se ha contaminado de la falta de acierto y da la sensación de que cuesta un mundo perforar la portería contraria. Está claro que el objetivo pasa por fichar a un goleador... y ese no puede ser otro que Robert Lewandowski en este momento. Un crack contrastado, de presente inmediato y que podría mantener un nivel excelso durante al menos tres campañas.
Las negociaciones por la llegada del delantero polaco, con la intermediación de su agente Pini Zahavi, siguen abiertas y el futbolista está cada vez más cerca de abandonar el Bayern Múnich, al no llegar a un acuerdo sobre la duración del próximo contrato. El Barça podría ofrecerle los tres años de vinculación que por ahora le niegan en tierras bávaras, y faltaría concretar el precio final del traspaso por un futbolista que termina contrato en junio de 2023. Podría llegar a cambio de 40 millones de euros, un coste asequible por el Barça si hace los deberes en materia de traspasos.
Los otros objetivos marcados
Además del ariete polaco, también cobra importancia el fichaje de un defensa polivalente, como Lisandro Martínez, que haría de central zurdo (por las respectivas salidas de Lenglet y Umtiti) y de recambio de Jordi Alba en el lateral izquierdo, aunque no se descarta tampoco que se fiche a un jugador específico para cubrir dicha posición. El defensor argentino, en cualquier caso, podría dar descanso a Busquets en el pivote cuando fuera necesario, uniéndose en esa tarea a otros jugadores que ya están en la plantilla, como Frenkie de Jong y Nico González.
Sigue haciendo falta un lateral derecho, y no se pierde la esperanza con Azpilicueta pese a que se habría comprometido con el Chelsea a seguir una temporada más. Si no aterrizase el veterano jugador español, hay otras opciones en el mercado y además de futuro. Otro asunto que está por ver es saber si viene o no un extremo, porque Adama Traoré se marchará casi seguro de vuelta al Wolverhampton, con un Barça que no desea ejercer, visto lo visto, el pago de los 30 millones de opción de compra. Aún no se sabe qué sucederá con Dembelé, cuya renovación se mantiene en el aire. Pese a ser el que más lo intenta, el francés continúa sin ver puerta con facilidad y la afición empieza a hartarse.
Los primeros movimientos, ya cerrados
Mientras tanto, los únicos fichajes que ya están cerrados son Andreas Christensen, central criticado en los últimos días por su falta de contundencia con el Chelsea, y un Franck Kessié que llegaría más como un complemento que como titular indiscutible, teniendo en cuenta la gran competencia que tendrá en el centro del campo azulgrana. Queda mucho trabajo por delante, en definitiva, y la exigencia es máxima. A falta de cinco partidos para terminar la temporada 2021-22, lo que falta se le puede hacer largo a un Barça en plena reconstrucción.