El FC Barcelona ha entrado en depresión. Desde que regresaron del parón FIFA de selecciones, prácticamente todo han sido malas noticias para el conjunto culé. Se ganó al Sevilla de milagro gracias a un golazo de Pedri, algo parecido sucedió con la victoria in extremis ante el Levante gracias al gol de Luuk de Jong y, en la UEFA Europa League, los de Xavi jugaron una eliminatoria horrible ante el Eintracht Frankfurt.
Contra el Cádiz, todo empezó mal desde un principio. Dani Alves, con molestias, no pudo formar parte de la alineación titular y dejó paso a Sergiño Dest, quien tampoco tuvo un papel demasiado relevante al haber regresado hace pocos días de su última lesión. El conjunto gaditano dispuso de algunas oportunidades claras de gol, principalmente de las botas de Lucas Pérez y Rubén Sobrino. Ter Stegen logró desbaratar alguna de ellas y en otras tuvo suerte de que el balón se marchase desviado, fuera de la portería por poco.
Errores y desajustes defensivos
Se cometieron, sin embargo, unos errores individuales imperdonables para un equipo de la talla del FC Barcelona. Jordi Alba, Lenglet y Eric García se quedaron mirando en la jugada del gol de Lucas Pérez, después de dos remates consecutivos de Sobrino que Ter Stegen paró dentro del área. El tercer disparo, el de Lucas, ya no lo pudo detener.
Los desajustes defensivos, la falta de ideas en la construcción de las jugadas de ataque y las ausencias destacadas de jugadores como Piqué, Araujo, Pedri y Ansu Fati ahondaron aún más en la herida. El Barça no estuvo a gusto en ningún momento, y se encomendó ofensivamente a un Dembelé que lo intentó de todas las maneras y logró desbordar, aunque el gol se le sigue resistiendo. También a otros jugadores como Adama Traoré, que aún no se ha estrenado desde que llegó, y a un Aubameyang que está perdiendo la frescura en los últimos duelos.
¿Se bajará alguien de la Xavineta?
Todo mal para un Barça, el de Xavi, que ha perdido la senda de la victoria y espera recuperarla en los partidos venideros, aunque no lo tendrá nada fácil. Ahora, el principal objetivo de los culés será amarrar la segunda posición en Liga hasta el final del curso y, así, asegurar la clasificación para la próxima edición de la Champions League. Ganar la Liga, aunque todavía no es matemáticamente imposible, moralmente sí lo es. El Real Madrid saca 15 puntos de ventaja a los blaugrana, que tienen un partido menos pero el ánimo por los suelos.
Este jueves tocará reaccionar contra una Real Sociedad que llega en un buen estado de forma, y que se está mostrando muy segura en Anoeta a pesar de la baja de Mikel Oyarzabal. Y, después del partido contra los donostiarras, tocará medirse el domingo a un Rayo Vallecano que aún no está salvado matemáticamente del descenso y luchará por puntuar en el Camp Nou, cogiendo el testigo del Cádiz. Todos se subieron a la Xavineta cuando las cosas iban bien hace unas semanas. Ahora, veremos si hay alguien que se baja.