El FC Barcelona firmó una victoria de auténtica locura este domingo ante el Levante (2-3), y lo hizo gracias a la mediación de un Xavi Hernández que, una vez más, logró dar con la tecla en cada una de sus sustituciones durante la segunda mitad. El de Terrassa revitalizó al equipo con la entrada de varios hombres de refresco en el segundo tiempo, y de los cinco cambios que llevó a cabo hubo tres que tuvieron una incidencia muy positiva en el resultado.
Se trata de Pedri González, Gavi y Luuk de Jong. Los dos primeros entraron juntos a falta de poco más de media hora para el final, relevando del campo a los otros dos interiores, Nico y Frenkie de Jong, con quienes el juego azulgrana no estaba fluyendo lo suficiente como para poner las cosas de cara. La frescura, dinamismo y brillantez de Pedri y Gavi alteraron de golpe la situación, otorgando al Barça el control del juego y el desborde que requería para acercarse a la portería contraria. Si bien es cierto que el primer gol azulgrana llegó con un cabezazo de Aubameyang a centro prodigioso de Dembelé, el resto fueron gestados por los relevos.
Gavi se convirtió en una pesadilla para los defensores del Levante y, tras una gran jugada con dos regates rapidísimos para marcharse por banda derecha, filtró un balón perfecto para que Pedri rematase de primeras al fondo de las mallas, poniendo a los culés por delante en el electrónico (1-2) de forma momentánea. A falta de diez minutos llegó el torpe penalti de Lenglet para más emoción al encuentro, con un Melero que no falló desde los once metros y estableció un empate que parecía ya definitivo... Hasta que apareció Lucky Luuk.
Luuk, un especialista
El delantero holandés salió en el descuento y, en la primera que tuvo, protagonizó un cabezazo teledirigido hacia el fondo de la portería. Es un auténtico especialista, y además está con confianza. Luuk sabe que su papel en el Barça actual es muy secundario y que no tiene presión alguna, por lo que los pocos minutos que tiene los está aprovechando para marcar goles de gran valor.
Lo hizo ante equipos como Mallorca o Espanyol, y volvió a aparecer de forma milagrosa en el Ciutat de València para ganarse los elogios de Xavi Hernández en rueda de prensa. El egarense acertó de pleno con los cambios, a excepción de un Adama Traoré que volvió a mostrar una versión gris en los pocos minutos que estuvo sobre el césped, y especialmente sin contar a un Lenglet que cometió un penalti infantil.
Fondo de armario
Sea como sea, la realidad es que Xavi está demostrando ser un entrenador con recursos, capaz de usar a los activos que necesita en cada momento. Buenas elecciones del egarense, aunque la realidad es que dispone ahora de una profundidad de plantilla que no tenía a principios de año. Pese a que el equipo culé no carburó en el primer tiempo, los cambios le dieron el oxígeno y la inspiración claves para llevarse los tres puntos del Ciutat de València. Una actuación que demuestra que el Barça, más que nunca, es un equipo en mayúsculas.