Ferran Torres, venerado y cuestionado a partes iguales por su talento y poca puntería, rescató al Barça con una acción muy sutil que arregló un partido muy desagradable para el equipo de Xavi tras una perfecta combinación con Frenkie de Jong. Superado por la intensidad y la motivación del Eintracht, el grupo azulgrana salió indemne de Frankfurt en la primera cita de los cuartos de final de la Europa League.
Xavi apostó por un equipo más aguerrido para la batalla del Deutsche Bank Park. El dibujo no se discute, pero sí la elección de los futbolistas y en Frankfurt se la jugó con Gavi y Adama en detrimento de Frenkie de Jong y Dembelé. En defensa juntó a Araujo, Piqué y Eric García para contener a un equipo muy físico y vertical.
La importancia de tener el balón
El Barça, consciente de que cada pérdida comportaría daños importantes, avisó primero con una acción individual de Ferran Torres que desbarató Trapp. La réplica alemana llegó en una contra que no supo resolver Sow. Con el balón, el equipo azulgrana se sentía seguro, aunque no profundizaba. Sin él, sufría horrores.
Los problemas para el Barça comenzaron mediada la primera parte, con un resbalón de Piqué, que poco después fue sustituido por unas molestias en el aductor de la pierna izquierda. Entró Lenglet, el cuarto central de Xavi.
El Barça, incómodo
Sin espacios para maniobrar y con un fútbol muy plano, el Barça no se encontraba cómodo. Sufría mucho para llegar a las inmediaciones de Trapp, que rechazó un potente remate de Aubameyang, y poco más. El equipo alemán, muy ordenado, apretaba en defensa y corría a toda mecha cada vez que recuperaba el balón, buscando siempre la espalda de los defensas barcelonistas.
Mucho peor comenzó el segundo acto, con un Eintracht apretando que hizo bingo tras un saque de esquina que remató Knauff con un potente disparo que sorprendó a Ter Stegen y encendió el Deutsche Bank Park.
Lindstrom perdona el segundo
El gol dejó muy tocado al Barça, que se salvó de un correctivo mayor apenas dos minutos después en otra jugada de tiralíneas del Eintracht que Lindstrom no supo aprovechar cuando lo tenía todo a su favor para batir a Ter Stegen. Su error dio vida al Barça.
Mucho más intenso, el Eintracht desactivó a un Barça contemplativo, con pocas ideas y atascado en la construcción que solo mejoró con las incorporaciones de Frenkie de Jong y Debelé por Gavi y Adama. Y en la primera jugada bien elaborada de los barcelonistas empató el equipo de Xavi tras funcionar perfectamente la conexión entre De Jong y Ferran Torres, goleador cuando más tocado estaba el Barça. Ambos salvaron al equipo azulgrana en un partido horroroso, que se calmó tras la expulsión de Tuta y que pudo costarle muy caro al grupo de Xavi.