Son varios los jugadores que abandonarán el FC Barcelona al término de la presente temporada, sea en calidad de cesión o traspaso. Uno de los que tiene más papeletas, sin lugar a dudas, es Riqui Puig. El joven centrocampista apenas dispone de minutos bajo el mando de Xavi, igual que le pasó anteriormente con Ernesto Valverde y Ronald Koeman, a excepción de un breve oasis con Quique Setién. Si bien es cierto que jugó algunos minutos de calidad ante Osasuna hace algunas semanas, llegando a marcar incluso un gol, su rol en la plantilla es residual y así seguirá hasta el final del curso.
Echando la vista atrás, podría encontrarse un momento concreto en el que las intenciones de Xavi con Riqui Puig quedaron claras. Un instante en el que el entrenador del Barça liquidó la mayoría de esperanzas del futbolista, si es que aún se ve capaz de triunfar en el primer equipo a corto plazo. Fue en el minuto 82 del Mallorca-Barça de principios de enero, cuando Xavi decidió utilizar antes a Álvaro Sanz, jugador prometedor del filial, antes que a un Riqui Puig que esperó su oportunidad en el banquillo y, además, tiene ficha del primer equipo.
Un canterano del B, por delante
El de Terrassa tomó el riesgo de perder el compromiso por alineación indebida al colocar a Álvaro Sanz y quedarse con los siete jugadores del primer equipo exigidos, cuando Riqui Puig podría haber sido una opción. "Debíamos controlar el partido. Álvaro es un jugador que nos da mucha posesión de balón, no pierde balones fáciles, da fluidez al juego y lo necesitábamos", justificó Xavi cuando le preguntaron al respecto en la rueda de prensa posterior.
Aquella misma semana, Xavi ya había suplido a Riqui en el descanso de Linares, después de que éste permitiera el centro del 1-0 de los locales y, de esta forma, pusiera en riesgo la eliminatoria. Sin duda, fue la semana de la crucifixión del de Matadepera en el primer equipo azulgrana, más allá de que, desde entonces, ha participado brevemente en algún encuentro como el Nápoles-Barça de Europa League y el Barça-Osasuna anteriormente mencionado.
Sin sitio en la medular azulgrana
Con el fichaje de Franck Kessié ya cerrado, y teniendo en cuenta que seguirán muy probablemente Busquets, Pedri, Gavi, Frenkie de Jong y Nico González la próxima campaña, resulta cuanto menos improbable que Riqui Puig pueda tener sitio en la plantilla. Y aunque tenga hueco, si desea seguir progresando a sus 22 años, la opción de salir sería la mejor para tener minutos.
En el caso de que finalmente acepte la salida, cosa que no ha hecho en otras ocasiones, una cesión sería lo más probable y fructífero para todas las partes. Nadie dice que Riqui no pueda triunfar en el Barça en un futuro, pero a día de hoy no es lo suficientemente consistente para hacerlo. Necesita crecer, y la alta competencia que se respira actualmente en el centro del campo culé le deja apenas sin opciones. El futuro del joven futbolista se prevé lejos del club azulgrana y, tanto en la Liga como en el extranjero, habrá equipos de nivel interesados en acogerle en sus plantillas. El talento lo tiene, de eso no hay duda.