Xavi ha rescatado el manual más exquisito del Barça y lo ha perfeccionado. En su regreso a los orígenes, el técnico de Terrassa tiene claro que su equipo debe jugar con dos extremos y uno, al menos, muy abierto. Este requisito es innegociable, pero sabe que tendrá un problema al acabar esta temporada. Ousmane Dembelé, posiblemente, no renovará su contrato y Adama Traoré regresará al Wolverhampton.
El Barça no ha recibido ninguna señal de Dembelé en la que insinúe su voluntad de renovar su contrato. En el club están convencidos de que el futbolista ya tiene un acuerdo firmado con otro equipo, ya sea el PSG, la Juventus, el Manchester United o el Newcastle.
Adama y Trincao
Xavi Hernández también está pendiente de Adama Traoré. Sus primeros partidos fueron espectaculares, pero su rendimiento ha caído en las últimas jornadas. No obstante, el extremo de L'Hospitalet sigue siendo una buena solución ante defensas muy cerradas. En un jugador con desparpajo y profundidad.
El Barça desearía un trueque con el Wolverhampton entre Trincao y Adama, pero el club inglés no parece estar por la labor de ejecutar la opción de compra que tiene por el extremo portugués. El Barça también puede fichar al extremo catalán previo pago de 24 millones de euros. Los 30 pactados menos los seis que cobraría del Wolverhampton por la cesión de Trincao.
Raphinha y Coman
El club que preside Joan Laporta prefiere invertir esos 24-30 millones de euros en otros futbolistas, ya sean Gayà o Lewandowski. Por un poco más también podría fichar a Raphinha, un extremo brasileño del Leeds que tiene a Deco como representante.
El Barça ya ha contactado con Raphinha, un extremo zurdo que suele moverse por la banda derecha. A Xavi, sin embargo, el extremo que más le gusta es Kingsley Coman, del Bayern. El extremo francés tiene contrato con el club alemán hasta 2027 tras renovar recientemente su contrato y su valor de mercado es de 60 millones de euros. Difícilmente fichará por el Barça.
Salah, muy caro
La opción más mediática es la de Salah, extremo egipcio que quiere irse del Liverpool. El problema es que pide un salario de 17 millones de euros anuales, una cifra que no está al alcance de un Barça en el que Ferran Torres puede jugar por la banda derecha y Aubameyang, por la izquierda.