Festival de goles del Barça este domingo en el Camp Nou. Los culés disputaron uno de los choques más serios y completos de la temporada y encontraron, al fin, la pólvora que les faltó ante el Galatasaray. Un doblete de Ferran Torres (con otro par de asistencias de Dembelé), además de la nueva diana de Aubameyang, sirvieron para amarrar tres puntos básicos para que el Barça recupere la tercera posición en la Liga Santander 2021-22. Riqui Puig puso la guinda a la exhibición de un Barça, el de Xavi, que fue una apisonadora en la primera mitad y bajó el nivel en la segunda, reservando fuerzas para la dura semana que está por venir. Goleada y a seguir soñando.
En vísperas de una de las semanas más importantes de la temporada, Xavi introdujo ligeras variaciones en el once. El de Terrassa reservó a algunos de sus jugadores más cargados de minutos (y de tarjetas, como el apercibido Araujo) a la vez que garantizó una alineación plenamente competitiva para llevarse los tres puntos ante Osasuna. Eric García secundó a Piqué en el eje, con Alves de nuevo en el carril diestro y Busquets y Gavi en la medular, junto al omnipresente Pedri. De la delantera, Ferran fue el único que se mantuvo tras el duelo de Europa League, con Dembelé y Auba como acompañantes de lujo.
Las primeras gotas del diluvio
Y lo cierto es que el equipo carburó desde el primer minuto. Ferran Torres ya avisó, en el minuto 3 de partido, de la pesadilla que se le avecinaba al lateral diestro de Osasuna. El de Foios protagonizó una pugna con el defensor rojillo en el interior del área y se fue al suelo, aunque De Burgos Bengoetxea ni tampoco el VAR señalaron nada punible. No hizo falta, porque diez minutos después dio comienzo la tormenta perfecta. Gavi recibió un pase al espacio en el interior del área y, al intentar meter el pie para disparar, fue derribado claramente por Nacho Vidal. Ferran Torres cogió el balón y, con mucha confianza, engañó al portero para colocar un disparo raso, suave y colocado a la derecha, muy pegadito al palo.
Ferran Torres, celebrando su primer gol contra Osasuna /EFE
Era el 1-0 para el Barça, pero la fiesta sólo acababa de empezar. Se trataba del momento de Ferran y, sobre todo, de un Dembelé hiperactivo en la banda derecha del ataque. Apenas ocho minutos después del primer gol, en el 21, Dembouz protagonizó uno de sus tradicionales eslalons de fuera hacia adentro y, al acercarse a los aledaños de la frontal, regaló una asistencia majestuosa al valenciano. Pase al espacio entre dos defensores para la llegada de su compañero desde la banda contraria. Un toque suave, balón por debajo de las piernas del portero y 2-0 para un Barça muy entonado.
El Barça venía con hambre
En otra fase de la temporada el FC Barcelona habría levantado el pie del acelerador durante los minutos posteriores, pero la necesidad de coger confianza tras los últimos resultado ajustados ante Elche (1-2) y Galatasaray (0-0) proporcionó el hambre necesaria para seguir atacando. Y, así, Dembelé volvió a agitar la varita desde la banda diestra. El francés regateó hacia afuera, levantó la cabeza y colocó un centro preciso, a media altura, para que Aubameyang lo rematase de primeras incorporándose al área, aún sin haber llegado siquiera a la media hora de partido.
Aubameyang, Piqué y Jordi Alba, celebrando el gol del gabonés a Osasuna / EFE
Los jugadores de Osasuna, visiblemente tocados, sacaron el orgullo y aguantaron el chaparrón durante el cuarto de hora restante del primer acto. El FC Barcelona protagonizó algún que otro acercamiento, especialmente a través de las botas de Ferran Torres, Dembelé y un Gavi que recuperó balones e hizo lo que quiso en el centro del campo. Con el 3-0 se llegó al descanso, no obstante, en un resultado que reflejaba a la perfección lo que se había visto en el campo. Aplausos y vítores para Ferran y el Mosquito, autores de un doblete de goles y otro de asistencias, respectivamente.
Los de Xavi no empezaron el segundo tiempo con la misma intensidad, reservando fuerzas posiblemente para los partidos de esta semana en Estambul y el Santiago Bernabéu. Y, pese a ello, apenas habían transcurrido diez minutos de la reanudación cuando Gerard Piqué se encontró un balón en el interior del área de Osasuna y lo remató al fondo de las mallas, con un disparo cruzado. El central catalán, sin embargo, ya sabía mientras caía sobre el césped, tras el remate, que algo andaba mal. El juez de línea no tardó en levantar la bandera y la diana fue anulada correctamente.
Rotaciones, control y presión al Real Madrid
Transcurrieron los minutos siguientes sin sobresaltos para Ter Stegen, a pesar de las intentonas de Osasuna por salir al contragolpe. Eric García y Piqué estuvieron muy atentos, igual que Alves y Alba en las coberturas. A falta de media hora para el final, Xavi decidió reservar a Gerard y dio minutos a Clément Lenglet, otro soldado más para la causa que recupera el técnico culé. A la espera de más goles en el segundo acto, el público se entretuvo coreando los nombres de los jugadores y en especial de Xavi Hernández, el más aclamado. Ferran Torres y Dembelé lo intentaron con sendos disparos que no tuvieron éxito, y Pedri fue derribado en el interior del área sin que el colegiado señalase la pena máxima.
Pedri, durante una acción del Barça-Osasuna en el Camp Nou / EFE
La cuestión es que el Barça, con más control y un juego no tan frenético como en el primer tiempo, mantuvo a raya a Osasuna y no dejó que los rojillos redujesen distancias en el marcador. Pedri y Aubameyang fueron fueron ovacionados al ser relevados por Riqui Puig y Memphis, con un Xavi aprovechando para oxigenar las piernas de algunas piezas clave. Riqui, por cierto, tuvo la derterminación de marcar el cuarto gol a quince minutos del final, tras recoger él mismo el rechace del portero tras su disparo previo y, con toda la sangre fría del mundo, esperar al momento idóneo para meter el balón en la portería. Ya son 51 puntos para el FC Barcelona, que recupera la tercera posición en Liga y ya está a sólo cinco puntos del Sevilla. Los culés, con el triunfo, meten más presión a un Real Madrid que juega este lunes y que ya sabe que el Barça, pase lo que pase, no se rendirá en este tramo final del campeonato.