Son muchas las dudas que ha despertado Marc-André ter Stegen a lo largo de la presente temporada 2021-22. No es ningún secreto que el cancerbero alemán no ha estado al nivel esperado, aunque igualmente cierto es el hecho de que siempre se le exige el máximo cuando, con otros jugadores de distintas posiciones, no sucede lo mismo.
Reflejos felinos
Ter Stegen salvó los muebles este domingo en el Martínez Valero. En la segunda mitad, el Elche dispuso de dos ocasiones muy claras para puntuar frente al combinado de Xavi, pero los reflejos gatunos del germano lo evitaron. La primera ocasión peligrosa en la que tuvo que intervenir fue un remate de primeras, tras un pase de la muerte, de Pere Milla en el interior del área.
El atacante del equipo ilicitano disparó de forma potente y elevada, pero Ter Stegen reaccionó a gran velocidad para protagonizar una de esas palomitas que, además de quedar bien en la foto, salvan partidos. Fue una jugada clave para que el FC Barcelona, que entonces había logrado empatar el partido con 1-1 en el electrónico, mantuviera vivas sus esperanzas de remontada.
Estirada providencial
Ya hacia el final del encuentro, con el 1-2 tras el golazo de Memphis Depay desde el punto de penalti, Ter Stegen se vio forzado a intervenir de nuevo para evitar que el balón se colara en el fondo de las mallas tras un cabezazo de Diego González. El defensor del Elche remató un balón muerto prácticamente desde el área pequeña, aunque no logró dar potencia al esférico. El caso es que el arquero azulgrana reaccionó a tiempo para desviar el balón con la punta del guante, celebrando luego la parada con rabia.
Varios compañeros como Jordi Alba y Gerard Piqué acudieron a felicitarle tras cada una de las paradas, y también después del partido. Los pesos pesados del equipo culé saben que el alemán lo ha pasado mal con las críticas, sobre todo al tratarse de un futbolista plenamente comprometido con el club y que siempre intenta darlo todo en cada encuentro.
Ter Stegen ha tenido que escuchar críticas a veces injustas, y eso no impidió que este domingo sí diera un golpe encima de la mesa. El de Mönchengladbach volvió a dejar claro lo que a algunos ya se les había olvidado: que es uno de los mejores porteros del mundo y que, si está con confianza, los delanteros rivales tienen un problema.