Y Sergio Busquets descansó. Por primera vez esta temporada, el capitán del Barça fue suplente. Hasta el jueves, lo había jugado casi todo. Solo se había perdido un partido, por sanción, y contra el Nápoles entró en la segunda parte. Frenkie de Jong y Nico no mejoraron su rendimiento.
De Jong cumplió contra el Nápoles pero evidenció que no es el mediocentro ideal para el Barça. En el Ajax, jugaba en la misma posición, pero acompañado. Todo le resultaba más fácil. En el equipo azulgrana, en cambio, tiene que multiplicarse. Recibe menos ayudas en la construcción y debe abarcar más espacio en la destrucción.
Nico, interior y pivote
Nico también puede jugar como pivote, pero Xavi prefiere utilizarlo como interior. En su demarcación final. Porque el actual técnico del Barça comenzó como mediocentro. Hasta que llegó Rijkaard, quien avanzó su posición para que fuera más trascendente.
De Jong dirige al Barça en el partido contra el Nápoles / FCB
Sergio Busquets entró en la segunda parte. Y el Barça mejoró. Más fresco, el capitán azulgrana repartió juego y fue el dueño del partido. Su salida, además, coincidió con la versión más pragmática del Nápoles.
Transformación azulgrana
El equipo de Spalletti fue mejor en la primera parte. Tuvo más criterio y empaque. En la segunda, en cambio, se vio superado por un Barça con más actitud que acierto. Y Sergio tuvo mucho que ver en la transformación azulgrana. Él, a sus 33 años, sigue siendo el metrónomo del Barça. Una pieza imprescindible que necesita algún descanso.